La negligencia del Gobierno gibraltareño provoca el hundimiento casi total del carguero New Flame, lo que significa el vertido de 42.000 toneladas de chatarra cuyas características aún se desconocen, provocando un terrible impacto ambiental que en un futuro cercano generará riesgos en la salud pública.

Pese a la espectacularidad de las manchas de fuel que están llegando a algunas playas, según Antonio Muñoz, portavoz de Ecologistas en Acción, lo realmente peligroso es el impacto de la chatarra que se está depositando en el fondo marino. “Lo que tiene que hacer de una vez Gibraltar es sacar a la luz pública un informe en el que se detalle el tipo de chatarra que contiene el barco”.

A fecha de hoy sigue ocultándose el tipo de residuos que contiene el New Flame, habiéndose especulado también con la posibilidad de que parte de estos fueran radioactivos. “La cuestión es que por causa de las corrientes marinas, los residuos que se depositen en el lecho, probablemente a más de 100 metros de profundidad, no permanecerán estáticos, sino que se esparcirán por buena parte del litoral andaluz, extendiéndose de esta manera la destrucción medioambiental y el riesgo para las personas.”

El portavoz de Ecologistas en Acción considera muy alto el riesgo sobre la salud pública provocado por la chatarra del New Flame: “no se debe obviar que el hundimiento se ha producido en una zona cercana a pesquerías, lo que sin duda, abunda en la posibilidad de que la contaminación termine penetrando en la cadena trófica, llegando de este modo a afectar a las personas.”

Lejos de intentar solucionar el problema, Caruana y su equipo, han optado por criticar duramente a Ecologistas en Acción y a los medios de comunicación españoles. Ecologistas en Acción considera que la Unión Europea y el Gobierno español deben tomar cartas en el asunto, entrando de oficio y asumiendo la responsabilidad que Gibraltar ha escamoteado.