La idea de estudiar la calidad del aire en distintos puntos cercanos a CEMEX I se recibió con alivio en nuestro colectivo ya que nos parece imprescindible poder decir con seguridad si la calidad del aire que respiramos en nuestro municipio cumple, al menos, la legislación vigente.

De todos los parámetros de medida, la Universidad de Alicante, ha considerado tan sólo dos, que son las partículas en suspensión y el dióxido de carbono. Los puntos de medida son cuatro, dos en la Universidad (en la terraza de la facultad de ciencias y en la parte de petrología) y las otras dos estaciones están situadas en los colegios públicos Azorín y Miguel Hernández de San Vicente del Raspeig. Por último, el informe de la Universidad añade además los datos de otra estación de medida, la de San Vicente, cuyos datos se han tomado de la Red Valenciana de Vigilancia y Control de la Contaminación Atmosférica, que está emplazada en el Colegio Público Jaime I.

Debemos matizar que la falta de datos a la que nos tiene acostumbrados esta Red, nos impide a los ciudadanos ver si en algún momento se supera el umbral de alerta a la población. Valga un ejemplo. El dióxido de azufre no debe superar el valor de 350 microgramos/metro cúbico más de 24 veces por año civil. Si se alcanzan 3 horas consecutivas un valor superior a 500 microgramos/metro cúbico, se habrá superado el umbral de alerta que queda definido en el RD1073_02 como “nivel a partir del cual una exposición de breve duración supone un riesgo para la salud humana”. Ese umbral de alerta es más que probable que se haya superado el 29 de septiembre del año 2006. El nivel a las 4 de la tarde no aparece en el archivo, a las 5 de la tarde era de 765 microgramos/metro cúbico, a la hora siguiente de 535 microgramos/metro cúbico.

El informe que cuelga en la web de la Universidad es enrevesado en cuanto a su redacción, pero atendiendo a las tablas, la situación que han mantenido varios colegios de San Vicente durante los años 2005 y 2006 es como poco, alarmante. Para sintetizar, en el siguiente cuadro se han resumido los datos, calificando de alarmante los niveles que están muy por encima de los valores legales y de peligroso, los niveles altos también por encima de lo permitido legalmente.

Estación de medida Partículas PM10 2005 Partículas PM10 2006 Dióxido de azufre 2005 Dióxido de azufre 2006
UA-Fac Ciencias Alarmante Alarmante legal legal
UA-Petrología Peligroso Alarmante SIN DATOS SIN DATOS
Col Público Azorín Alarmante SIN DATOS Alarmante Alarmante
Col Público Miguel Hernández Peligroso Peligroso legal legal
Gen Val. Col Púb Jaime I Peligroso Alarmante legal legal

Las partículas en suspensión son un contaminante muy peligroso pues, tras atrapar como pequeñas esponjas otros contaminantes en el aire, penetran hasta lo más profundo de nuestros pulmones y daña nuestra salud. El dióxido de azufre se convierte fácilmente en ácido sulfúrico en contacto con la humedad ambiental y de nuestras mucosas, así que nos irrita ojos, garganta y todo el conjunto respiratorio. De todo ello se derivan bronquitis, enfisemas y en general dificultad respiratoria.

En el informe de la Universidad de Alicante se enfatiza que hay muchas partículas en el ambiente por episodios de intrusión sahariana según los datos de Generalitat Valenciana. Nosotros opinamos que si ya hay en la zona un exceso de partículas en suspensión de origen natural, pues mayor debe ser la rigidez para no permitir que se formen más partículas en nuestras ciudades, ya que todas las partículas, inclusive las inertes (que no hayan atrapado sustancias químicas en su viaje antes de entrar a los pulmones) producen un daño al molestar al propio mecanismo de limpieza del sistema respiratorio.

¿Y de dónde vienen estos contaminantes? Pues son varios los agentes contaminantes tal y como se explica en el informe, siendo los más relevantes, los vehículos a motor de combustión y la fábrica de cemento CEMEX I. En el informe de la Universidad de Alicante se dice que las partículas tienen un origen disperso (es decir, todos los vehículos más la fábrica de cementos) mientras que el dióxido de carbono tiene un único foco, CEMEX I, lo cual queda bastante claro con los datos de la tabla y los picos registrados de altas concentraciones de este contaminante a lo largo del año. Todas las estaciones tienen datos muy malos con respecto a las partículas, pero sólo dos colegios, Jaime I y sobre todo el Azorín, muestran datos muy preocupantes de dióxido de azufre.

A nuestro colectivo le sorprende y preocupa mucho la actitud de irresponsabilidad social de los representantes de la Universidad, que aún sabiendo que la calidad del aire que ellos mismos miden, supera con creces los límites legales, el Vicerrector de Infraestructuras y Ampliación del Campus llegó a decir hace pocos meses a los medios de comunicación que “no estamos preocupados porque sabemos que los niveles no inciden en la salud y esto hay que dejarlo claro”.

Es impropio del mencionado Vicerrector semejante declaración, ya que cuestiona de forma indirecta, y sin formación médica al respecto, los niveles máximos de contaminantes que regula la legislación que rige en toda Europa. Estas palabras, pues, carecen de credibilidad alguna puesto que no se ha realizado desde ninguna administración, ni desde la propia Universidad, ningún estudio epidemiológico o de salud a los miles de ciudadanos de San Vicente del Raspeig, ni a los miles de estudiantes y trabajadores de la propia universidad.

Lo más preocupante es la calidad del aire que respiran cientos de niños cada día mientras están en sus centros escolares ¿Por qué se intenta mitigar la gravedad que tiene el hecho de que el aire que se respira no tiene ni siquiera la calidad legal? ¿Y por qué el ayuntamiento de San Vicente que conoce estos datos alarmantes no hace nada para evitarlo? Lo menos que un ciudadano esperaría de los científicos de la universidad y de los políticos municipales que se responsabilizan de nuestro entorno, es que actúen como interlocutores para cuidar de nuestro bienestar.

También lamentamos la actitud del colegio Azorín ante esta situación inaceptable que amenaza la salud de los niños de este centro educativo, ya que por “consideración de la dirección del colegio” (según indica el informe de la Universidad) se retiró la estación de medida que estaba situada en este colegio. Nos extraña que un equipo directivo, con conocimiento de los resultados precisos de la mala calidad del aire, pidieran la retirada de esta estación de medida, cuando serían precisamente la colección de datos medidos por la propia universidad la que les permitiría hacer fuerte su caso contra la presencia del foco contaminante, CEMEX I.

Nos preguntamos: ¿se informó adecuadamente a este grupo directivo sobre lo mal que estaba la calidad del aire?, ¿se informó adecuadamente de la situación a los padres y madres?, ¿por qué no ha habido ninguna reclamación por parte del colegio?.

Para colmo de males, desde Bruselas la Comisión Europea ha emprendido acciones legales contra España por alcanzar niveles perjudiciales de contaminación atmosférica en muchas ciudades (documento IP/07/1537), es decir, que encima de tener que soportar un aire contaminado, a unos políticos incapaces de hacer una planificación adecuada para evitar este tipo de contaminación ilegal que envenena a los ciudadanos, nos va a tocar, como no se ponga remedio pronto a esta situación, pagar una multa con el dinero de nuestros impuestos.

Estudio de la Universidad de Alicante