CARRIL-COCHE ¡YA!

El método que usamos corrientemente para movernos por la ciudad no deja de ser curioso. Es un método absolutamente agresivo que nos procura estrés, ruidos, contaminación y muchos accidentes. Siendo tan nefasto, lo más probable es que lo sigamos utilizando porque se trata de un método muy, muy eficiente.

Pues eso va a ser.

En extraer, refinar y transportar el combustible ya se va el 20% de su potencia energética. Luego el motor de explosión sólo transforma el 60% en energía mecánica, ya que el resto se disipa en calor. Acoplado el motor a un automóvil, éste pierde otro 30% en diversos rozamientos con aire y asfalto. Un coche pesa unos 1.500 kg.; siendo la media de ocupación de un vehículo en ciudad de 1'2 personas, a 60 kg por individuo, vemos que para transportar 72 kg mueve 1.572.

El 80% del 60% del 70% del 5% nos ofrece un resultado del 1'68%. Es decir, el sistema “Combustible/Automóvil/Viajero”, de forma aislada, tiene una eficiencia del 1'68%.

Pero este dato aún no nos sirve de mucho, puesto que nos movemos dentro de la ciudad.

Vayamos, por ejemplo, del Ayuntamiento al Palacio de Congresos. En línea recta hay 750 metros pero el coche, por supuesto, debe callejear y recorre unos 1.250. No lo hace de forma continua, sino frenando, acelerando y parando cada poco, de forma que nos cuesta más de 10 minutos lo que a una velocidad constante de 40 km/h nos costaría 2 minutos. Y luego tienes que aparcar. Hay estudios fiables que nos dicen que en ciudad no menos de un 15% del tráfico se produce en la búsqueda de aparcamiento. Y una vez que has aparcado resulta que no estás donde querías estar, que es dentro del Palacio de Congresos, sino bastante lejos. Y tampoco cuando saliste del Ayuntamiento tenías el coche aparcado en la ventanilla del Registro, sino a unos trescientos metros. Es decir, que el coche sólo te ha solucionado las tres cuartas partes del recorrido que querías hacer.

Un 60% del 20% del 85% del 75% nos aporta una eficiencia del 7'65%.
Si integramos los dos sistemas en uno, que denominaremos “Tráfico Urbano en Automóvil Privado” vemos que su eficiencia es del 0'12852%. Es decir, que de aquel litro de petróleo que sacamos de la tierra y que tenía una capacidad de producir cien unidades de trabajo hemos obtenido sólo 0'12852 unidades. La proporción es exactamente ésta: usted imagínese que quiere comerse una sandía, así que va al mercado, compra 780 sandías, las sube a casa, se come una y tira 779 sandías por la ventana.

A no dudar que cuando de aquí a doscientos años nos estudien tendrán muy claro que somos una civilización de deficientes mentales.
Así que, en ciudad, primero andar, luego bici, luego bus y demás vehículos de servicio público y al automóvil privado debemos asignarle un papel absolutamente marginal. Carril-coche ¡YA!.