Las obras para la construcción del Centro de Creación de las Artes de Alcorcón iniciadas en plena campaña electoral de marzo de 2008 se están llevando por delante toda una zona verde consolidada en el parque de Los Castillos, en la que existían árboles singulares como un enorme eucalipto. Desde Ecologistas en Acción del Suroeste de Madrid queremos denunciar estos hechos a través de esta carta de reflexión que nos fue remitida por Francisco José Coronado Manzano, un compañero del Grupo Espliego de Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono:

El Ayuntamiento de Alcorcón ha talado uno de los árboles más antiguos y singulares del municipio, un ejemplar de eucalipto que ya daba sombra a un pequeño «castillo» donde se alojaba la servidumbre de los Marqueses de Valderas y que a su vez fue demolido por la institución municipal hace bastantes años.

La construcción del Centro de Creación de las Artes de Alcorcón, un proyecto cultural auspiciado por el Ayuntamiento, no engloba en sus sensibilidades y elevados fines culturales la protección de unos seres vivos que forman parte también del patrimonio cultural de Alcorcón y merecen soluciones menos míseras que una motosierra municipal que pretende dejar paso a la cultura asesinando cultura .

Pero el medio ambiente para el Ayuntamiento de Alcorcón no existe, somos el pueblo que tras Madrid aspira más contaminación y el que si permite la llamada Área Norte habrá cubierto de cemento más rápidamente su término municipal haciendo desaparecer parajes históricos como «Venta la Rubia» con especies animales protegidas y una planta excepcional, el Adenocarpus complicatus subespécie aureus, que forma parte del herbario del Real Jardín Botánico de Madrid. El Ayuntamiento fue informado de tan singular hallazgo el 21 de mayo de 2007.

Silencio, un contrato de cuatro años en blanco consigue acallar «democráticamente» propuestas y formas diferentes de desarrollar un pueblo. Pero en manos de la sociedad de Alcorcón, de cada uno de nosotros, está difundir y negar a los cuatro vientos las imposiciones de los mediocres mientras talan joyas botánicas de todos en nombre de la cultura.