El pasado 8 de febrero de 2008 el concejal de Mantenimiento de la ciudad del Ayuntamiento de Móstoles ha recibido la Medalla de oro como galardón a la gestión en el apartado de biocombustibles promovido por la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y Medio Ambiente. Según el Ayuntamiento, el objetivo es “ubicar a Móstoles como una de las ciudades españolas de referencia en calidad de vida”, reduciendo la emisiones de C02. Pero si esto fuera así no se explica cómo la instalación solar del polideportivo Villafontana está fuera de uso por falta de mantenimiento. Si de verdad el gobierno municipal estuviera preocupado por el cambio climático, promovería el uso de otros recursos renovables en detrimento de los no renovables y tener conciencia de que la mera sustitución de unos por otros, dentro del marco de consumo creciente actual, no supondrá avances significativos si no va acompañado de fuertes medidas de reducción.

Algo tan gratuito como es el sol que nos alumbra cada día, no está siendo considerado en absoluto por los técnicos municipales, ni siquiera en instalaciones con grandes gastos energéticos como son los polideportivos o residencias municipales, que gastan fortunas en calentar el agua y que de otra forma sería calentada por el sol y sin emitir contaminantes ni polucionar la atmósfera.

Actualmente y desde el año 2004 el polideportivo Villafontana cuenta con una gran instalación solar (de las mas grandes realizadas a nivel municipal y con subvención de la Comunidad de Madrid) que se encuentra fuera de uso, por la falta de mantenimiento. Mientras tanto las calderas siguen quemando gas para producir el agua caliente necesaria de las instalaciones, emitiendo grandes cantidades de contaminantes y resultando un gasto extra importante. En cifras, el ahorro que podría darse con la instalación solar funcionando, cada año, por el gas no empleado al calentar el agua, es de 100.800 Kg. de CO2 contaminante emitido a la atmósfera. y supondría también un ahorro al presupuesto municipal de 15.000 € anuales.

Es simplemente lamentable que una instalación tan costosa y tan beneficiosa para el municipio por su repercusión social, ambiental y ahorro económico, esté actualmente fuera de uso y desde el Ayuntamiento, no se quiera apoyar o fomentar estas instalaciones, que necesitan de buena prensa y ejemplos relevantes para su máxima difusión y desarrollo y no al contrario.

El Ayuntamiento de Móstoles debería de ir más allá de la promoción de los biocombustibles, difundiendo en primer lugar el uso de otros recursos renovables, como la energía solar o la eólica, que han demostrado ser globalmente más sostenibles, pues el ciclo completo de producción y utilización de los biocombustibles no siempre contribuye a la reducción global de las emisiones de CO2 bajo una perspectiva global a largo plazo, ya que genera emisiones indirectas, como las resultantes de los cambios de uso de la tierra, además del empleo de fertilizantes y el transporte. A esto hay que añadir que los cultivos energéticos pueden empeorar la ya frágil seguridad alimentaria de la población mundial, siendo prioritario los usos alimentarios de la agricultura por encima de los energéticos.

Por otra parte, si el Ayuntamiento de Móstoles quiere de verdad trabajar por la sosteniblidad habría que realizar una campaña local para informar, estimular y apoyar al ciudadano para que utilice nuevos productos o equipos, menos contaminantes y más económicos, y dar alternativas posibles a la movilidad, como es la bicicleta, tan útil en las ciudades por los trayectos pequeños, sin producir ruidos ni emisiones.

Se hace patente la necesidad por parte de los responsables municipales de afrontar los retos energéticos con sabiduría y sentido del ahorro, para ofrecer mejoras colectivas y duraderas que nos ayuden a mejorar la calidad de vida de todos y para todos.