Ecologistas en Acción, junto con vecinos afectados han presentado alegaciones al proyecto de instalación de una cantera de áridos en los «Cerrillos de San Pedro».

Los Cerrillos de San Pedro, están constituidos por dos montes gemelos y contiguos, situados en plena Vega antequerana, cerca de la Colonia de Santa Ana y junto a la carretera Jerez-Cartagena, desde la cual, son contemplados diariamente por multitud de viajeros, formando una estampa típica de esta parte de la Vega.

Una cantera en esta zona, provocaría una modificación drástica del medio por la destrucción de éste. Entre las actuaciones humanas que transforman el territorio las canteras están entre las más agresivas dañinas e irreversibles, y más aun, si estas quieren ser instaladas en lugares de enorme valor paisajístico con gran incidencia visual como el presente.

«Los Cerrillos», son visibles desde kilómetros de distancia al situarse en medio de la Vega de Antequera, calificada por el PEPMPM como Paisaje Agrario Singular, por lo que el impacto visual y paisajístico que provocaría, aumentado por las nubes de polvo que generan las explosiones y el resto de la actividad sería muy importante.
PÉRDIDA MASIVA DEL HÁBITAT NATURAL

También conllevaría el acabar con las especies animales (numerosas aves, algunos mamíferos y reptiles) y vegetales (sobre todo acebuchal, ecosistema mediterráneo singular, por su escasez) que allí habitan, provocado por la eliminación total del suelo natural y de la cubierta vegetal existente en estos espacios.

INCIDENCIA SOBRE LA AGRICULTURA

Este tipo de instalaciones, son claros enemigos de la agricultura, ya que el enorme polvo que genera el tránsito de maquinaria, como las actividades inherentes a toda cantera (molienda, voladuras, etc.), al depositarse en las hojas disminuye la función clorofílica de los vegetales, con la consiguiente perdida de calidad y cantidad en la cosecha. Es de recordar que esta fue una de las causas esgrimida por el propio Ayuntamiento para no instalar la cementera (actividad y ubicación similar), promovida hace unos años en la zona, (y contra la que el propio promotor actual paradojicamente, presentó también alegaciones en su momento). Por lo que la concesión de licencia de apertura a este proyecto le haría quedar en evidencia ante la población y entrar en clara contradicción consigo mismo, al juzgar de distinta forma, proyectos similares.

Existen numerosas explotaciones agrarias cercanas al proyecto que se verían afectadas, y con ellas, el modo de vida de muchos agricultores, entre elas y a modo de ejemplo: varias explotaciones adheridas a sistemas de producción de calidad, tales como 25 hectáreas de olivar, acreditadas ante el Consejo Andaluz de la Agricultura Ecológica, con número de registro 0717/F, y finca adherida a PRODUCCION INTEGRADA DEL OLIVAR (Orden de 12/8/97 Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía), además varias fincas colindantes son proveedoras de la industria conservera de la zona, y son generados unos 72.850 jornales anuales por las fincas en torno al lugar en cuestión, frente a los menos de veinte puestos de trabajo que suelen generar instalaciones similares a la proyectada; con lo cual, queda claro que lejos de suponer un beneficio para el interés social, y la utilidad pública, supondría un grave perjuicio.

CALIDAD DE VIDA Y SALUD HIPOTECADA

Los vecinos afectados más próximos, están situados a 742 mts. de la zona en cuestión, distancia esta, inferior a los 1000 mts. de influencia recogidos en el proyecto, y muy inferior a los 2000 mts. que el RAMINP (Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas), exige a este tipo de actividades. en su art. 2.

La clara incidencia sobre la salud de este tipo de instalaciones es más que manifiesta, no solo por las propias afecciones que el paso continuo de camiones y maquinaria pesada generan sobre la salud de lo lugareños, sino, también por la propia actividad en sí de las canteras: ruidos, emisiones de polvo, riesgo por voladuras, etc., sumado esto a que muchas veces amplian su jornadas a horarios nocturnos, yendo todo ello en detrimento de la calidad de vida buscada en el campo, generando: estrés, insomnio, jaquecas, ansiedad, irritabilidad, etc.; y en cuanto a las enfermedades respiratorias, también pueden incrementar su incidencia, ya que las moléculas de polvo tanto de los caminos, como de las dolomitas extraidas, menores de 500 nm. pueden penetrar en los alveolos y provocar con la exposición prolongada bronquitis y empeorar los cuadros clínicos de insuficiencias respiratorias.

Las proliferación de canteras para aridos, va unida de manera muy directa con el desarrollismo urbanístico, y ahora en el interior, donde se está copiando ese modelo, empiezan a proliferar nuevos proyectos y a crecer sobremanera las ya existentes, prácticamente todas ellas en lugares de gran valor paisajístico y ecológico: Antequera; Casarabonela, rechazada en referendum por el pueblo; Ardales; Sierra de la Camorra, Mollina; Mijas y Alhaurín; Casares; Sierra Almijara, etc.

Resulta incontestable, que este tipo de proyectos, ajenos al modo de vida del campo, inducen al abandono del medio rural (por todo lo anteriormente expuesto) y a la consiguiente perdida de identidad del pueblo andaluz. Sin duda la Vega de Antequera, como ya se ha dicho, catalogada como Paisaje Agrario Singular, que cuenta con importantes industrias agroalimentarias, no debe de ir en esta dirección de ninguna de las maneras, y perder todos sus valores y señas de identidad ancestrales, y menos aun, por el simple interés económico de un particular.