Ecologistas en Acción se opone al proyecto de abastecimiento que pretende elevar el agua desde el río Alagón hasta los pueblos de la Sierra de Francia, y se adhiere a la manifestación que por este motivo los colectivos de vecinos han convocado para hoy sábado en La Alberca.

La asociación Ecologistas en Acción ha acordado oponerse al proyecto de la Junta de Castilla y León por considerarlo en contradicción con los principios de la Nueva Cultura del Agua: ahorro, gestión eficaz y modelo sostenible frente a una oferta sin límites.

El consumo urbano de agua de los pueblos serranos es de poca relevancia dado el escaso número de habitantes que tienen y, con unas mínimas ampliaciones de los depósitos y captaciones sería suficiente para garantizar el abastecimiento en los meses de verano, cuando hay más demanda.

La creciente demanda de agua responde más al crecimiento urbanístico especulativo que sufren algunos pueblos serranos, que a la necesidad real de sus habitantes. Especulación en la que han participado activamente destacados miembros de la Junta de Castilla y León. La causa principal de la escasez de agua que sufre la Sierra de Francia se debe a los complejos turísticos despilfarradores, que incluyen piscinas y jardines, así como los nuevos desarrollos residenciales ajardinados. Las medidas que se tomen para una gestión más racional del agua tendrán que empezar por este sector, además de reducir las enormes pérdidas en las redes de transporte.

Exigimos un abastecimiento de alta calidad frente a uno de más cantidad, en ello debería estar basado el desarrollo económico de la Sierra de Francia.

Hay que tener en cuenta la opinión y la participación de los vecinos, ya que esta es la condición indispensable de una democracia real.

La Confederación de Ecologistas en Acción considera muy preocupante la situación de la gestión del agua en todo el Estado español, con conflictos abiertos en muchas comunidades.

La gestión del agua en España está siendo controlada, cada vez más, por empresas privadas (aunque se disfracen de consorcios u otros nombres) a las que, lógicamente, sólo les importa el beneficio; y, por lo tanto, lo único que quieren es gestionar la mayor cantidad de agua posible. No tendrán en cuenta la calidad [del desarrollo, de las gestiones] mientras el agua sea “potable”.

La depuración de las aguas residuales y su control es un asunto prioritario que no puede olvidarse durante más tiempo. Todos los organismos oficiales, Junta, Ayuntamientos y el conjunto de los vecinos deberían implicarse en recuperar la calidad ambiental que tenían los ríos de la sierra hace sólo unas décadas, cuando era posible bañarse en muchos de ellos.