El pasado día 3 de julio el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural hizo público por primera vez el listado de emisiones de CO2 de las diferentes comunidades autónomas del estado español entre los años 1990 y 2006. En ese listado se indicaba que las emisiones aragonesas de CO2, principal gas de efecto invernadero que causa el calentamiento global del clima, superaba en un 40% las emisiones del año 1990, año que se toma como referencia en el tratado de Kioto contra el cambio climático. Según este tratado España no debería superar el 15% de aumento en sus emisiones de CO2 respecto al año 1990, aunque para el año 2007 ya superaba en un 52% sus emisiones, convirtiéndose así en el país de la Unión Europea que más incumple sus compromisos ambientales.

En cuanto a Aragón, en declaraciones efectuadas a la prensa por altos cargos de la Consejería de Medio Ambiente, se ha llegado a afirmar, entre otras cosas y en tono triunfalista, que Aragón ha aumentado sus emisiones menos que la media española, en especial si se tiene en cuenta su aumento del PIB, que cifran en un 190% desde el año 1990, que disminuyó sus emisiones un 1% en el año 2006, y que en Aragón hay un “amplio desarrollo de las energías renovables”.

Respecto a estas declaraciones, y a la política ambiental que lleva a cabo el Gobierno de Aragón contra el cambio climático, Ecologistas en Acción de Aragón quiere hacer públicas las siguientes consideraciones:

  • Llama la atención que, en un contexto español de grave incumplimiento en la contención de las emisiones de CO2, la Consejería de Medio Ambiente se muestre satisfecha por emitir menos CO2 que la media española, ya que lo correcto sería mostrar vergüenza y pesar por superar, en casi el triple, la cifra comprometida. No basta ser menos malo que los demás para convertirse en bueno.
  • La Consejería de Medio Ambiente omite el hecho de que durante el año 2007 se han puesto en funcionamiento dos centrales térmicas de ciclo combinado en Escatrón y que la Central Térmica de Castelnou, que empezó su funcionamiento en junio de 2006, ha entrado en pleno funcionamiento a lo largo del 2007. A falta de datos oficiales de sus emisiones en el 2007 es de presumir que solo la suma de emisiones de estas centrales térmicas debe rondar por los tres millones y medio de toneladas de CO2. De confirmarse estas cifras estas centrales térmicas harían aumentar las emisiones de CO2 aragonesas, respecto al año 1990, en torno a un 21 ó 22 % más, colocando las emisiones aragonesas cerca del 62% por encima del nivel de base, unos 10 puntos por encima de la media española en el 2007, que fue del 52%.
  • El panorama es todavía peor si tenemos en cuenta las previsiones para el año 2009 y siguientes en los que se pretenden construir nuevas centrales térmicas en Mequinenza, Fayón, y Osera de Ebro, por citar solo aquellos proyectos que andan en estado más avanzado. La potencia eléctrica total que se prevé en estas centrales térmicas ronda cerca de los 1700 MW y sus emisiones anuales de CO2 irían en torno de los 4 millones y medio de toneladas al año, lo que supondría sumar 28 puntos porcentuales más y Aragón llegaría a cerca del 90% en el aumento de sus emisiones desde el año 1990.
  • En los discursos del gobierno aragonés se cita a menudo el incremento en la generación eléctrica de fuentes renovables, y en el mismo discurso de investidura del presidente Marcelino Iglesias, se estableció como objetivo el que Aragón consiga a medio plazo que todo el consumo de energía eléctrica de Aragón proceda de energías renovables (principalmente eólica). Sin embargo es notable que a la frecuente cita del incremento de energías renovables se le olvide al gobierno aragonés citar el superior incremento en las energías de origen fósil (no renovables), como es el caso de las centrales térmicas, grandes emisoras de CO2. Así, mientras en el mismo Plan Energético de Aragón se prevé aumentar la potencia eléctrica de origen renovable (en especial la eólica) un 114% entre el año 2004 y el 2012, las nuevas centrales térmicas que ya han entrado en funcionamiento más las previstas en ese periodo supondrían un aumento del 174%. ¿Se puede decir, con esos datos, que el Gobierno de Aragón apuesta por las energías renovables? Sí, pero apuesta mucho más por las de origen fósil (gas y carbón) y eso significa aumentar más las emisiones de CO2 . Y el total es lo que cuenta. Finalmente, una vez vertidas a la red eléctrica toda la energía generada en Aragón, de origen renovable y no renovable, no entendemos como el gobierno aragonés puede separar las diferentes fuentes eléctricas. Lo mismo se podrá decir que toda la energía consumida en Aragón procede de fuentes renovables como se podrá decir que ésta procede de combustibles fósiles (gas y carbón).
  • Las afirmaciones efectuadas por el gobierno aragonés que intentan justificar los incrementos en las emisiones de CO2 por el “enorme” crecimiento del PIB aragonés, que cifran en un 190% respecto al año 1990, están mal calibradas ya que estas cifras del PIB son las correspondientes al valor en pesetas del año 1990, sin tener en cuenta la inflación. A falta de datos accesibles del PIB real aragonés, y con las correcciones necesarias por la inflación, en pesetas o euros “constantes”, no creemos que el PIB aragonés haya tenido un aumento muy superior al del resto de España, que ronda un incremento real el PIB en torno al 50 y tantos por ciento desde el año 1990. Según datos de la red Hispalink (de las universidades españolas) y usando cálculos del V.A.B. (Valor Añadido Bruto), índice económico que permite calibrar el crecimiento económico, el crecimiento económico en Aragón ha sido inferior al promedio español entre el año 1990 y el 2006, y solo ha despegado por encima a partir del año 2007, al igual que sus emisiones de CO2 . De hecho hay una buena correlación entre el crecimiento económico, en Aragón y España, con las emisiones de CO2. Entre otros datos es de destacar que el promedio de emisiones aragonesas, respecto al estado español y desde el año 1990, ha rondado en torno al cinco y medio por ciento cuando el P.I.B. aragonés gira en torno al 3% del conjunto del estado y que, con el aumento de nueva potencia eléctrica en las nuevas centrales térmicas aragonesas, las emisiones de CO2 aragonesas subirán del 5, 23% en 2006 al 5,92% en el 2007 respecto al conjunto español. Por eso no podemos considerar que haya habido un especial aumento, superior a la media española, en la eficacia energética en Aragón, que se comporta en este aspecto de un modo muy parecido al resto del estado. Y mucho menos en lo fundamental, que es la reducción efectiva y real en las emisiones de CO2 , que el total es lo que cuenta.
  • La política energética aragonesa, caracterizada por un enorme aumento en la generación eléctrica a partir de combustibles fósiles, no solo perjudica la lucha contra el calentamiento global del clima sino que además supone un grave atentado contra la salud ciudadana dado que las centrales térmicas suponen incrementos notables en los contaminantes atmosféricos (ozono, partículas, óxidos de nitrógeno, etc.).
  • Es claramente contradictorio que se hable de ahorro energético y al mismo tiempo se fomenten enormes aumentos en la producción eléctrica. ¿Para qué queremos tanta electricidad si nos proponemos ahorrar energía?
  • La política de reforestación que sigue el Gobierno de Aragón como medio para capturar CO2 con la fotosíntesis, es, en principio, necesaria y elogiable, pero sin olvidar que tiene muchos claroscuros porque no deja de ser una apuesta arriesgada. Hay que tener en cuenta que, además de los costos (en CO2) del hecho de reforestar y mantener los bosques (prácticas de silvicultura, vigilancia, etc.), el que se lleve a buen término depende de muchas variables y que los factores negativos para el desarrollo de los bosques, como plagas, sequías y fenómenos meteorológicos extremos, son precisamente favorecidos por el proceso de calentamiento global del clima en el que ya nos hallamos inmersos. De todos los factores negativos que ponen en riesgo el éxito de la reforestación como política mitigadora del cambio climático hay que destacar el de los incendios forestales, que darían al traste con el objetivo fijado de absorción del CO2, principal gas de efecto invernadero, al devolverse éste a la atmósfera durante la combustión de los bosques. La probabilidad de que los bosques se quemen durante las décadas que tardan en desarrollarse es bastante alta y basta para verlo en lo que está sucediendo estos años en California o Australia, estados desarrollados y con grandes medios antiincendios que se ven impotentes para evitar las plagas de incendios que destruyen sus bosques. Cualquier ola de calor, como la acontecida en Grecia el verano pasado y que arrasó sus bosques en multitud de incendios forestales, puede acabar en unas semanas con años de esfuerzos en reforestación. Por ello, en el contexto actual de calentamiento global del clima no se debe utilizar la reforestación (en Aragón o fuera de ella) como excusa para seguir emitiendo grandes cantidades de CO2 a través de más e innecesarios centros de producción eléctrica, grandes fastos (Expo) y megalómanos proyectos, o ideas, de ocio (Gran Scala). Lo que se necesita, con sus riesgos, es reforestar y, sobre todo, por su seguridad en los resultados, el reducir las emisiones de CO2 en el sector energético y el transporte. No lo uno (la reforestación) en sustitución de lo otro (más emisiones reales de CO2). No se debe usar, pues, la política de reforestación para justificar el incremento de emisiones de CO2 en otros sectores. Se necesita la suma de ahorro energético y bosques, no la sustitución del uno por el otro.

Como alternativa a la política real del gobierno aragonés contra el cambio climático, que hasta ahora ha estado basado fundamentalmente en la cosmética, Ecologistas en Acción propone las siguientes medidas:

  1. Que el Gobierno de Aragón no autorice ninguna nueva Central Térmica en Aragón y que establezca una moratoria indefinida para este tipo de centrales.
  2. Que establezca un plan de cierre gradual de las centrales térmicas más contaminantes de Aragón, empezando por aquellas que utilizan carbón.
  3. Que tome medidas, realmente significativas, para fomentar el ahorro y la eficacia energética (sustitución de alumbrado, aislamientos en las construcciones, transporte público, etc.).
  4. Que no fomente en Aragón un turismo depredador y contaminante con su medio, tal como son paradigmáticos las actuaciones de Aramón en las montañas aragonesas o el proyecto “Gran Scala” en los Monegros.
  5. Que para luchar contra el cambio climático base su política principalmente en la disminución de emisiones de CO2 , que es la política más segura, y, secundariamente, en la protección y fomento de la cobertura vegetal (como la reforestación), no usando nunca la política de reforestación como simple excusa para contaminar más por otro lado.

De no llevarse a cabo una política seria contra el calentamiento global del clima Ecologistas en Acción considera, finalmente, que el Gobierno de Aragón incurrirá en una falta grave de responsabilidad ambiental que algún día los aragoneses echarán en cara a sus responsables políticos.

Fuentes informativas:
– Red Hispalink (de las Universidades españolas). www.hispalink.es . Realiza informes sobre la coyuntura económica de las diferentes comunidades autónomas.
- Red Eléctrica Española (REE) . www.ree.es . Realiza informes sobre el sistema eléctrico español.
- Comisión Nacional de la Energía (CNE). www.cne.es . Realiza informes sobre los centros de producción eléctrica en España.
- Registro EPER sobre emisiones contaminantes del Ministerio de Medio Ambiente. www.eper-es.es