Sin entrar en la casuística del porcentaje de superaciones de los niveles máximos de contaminación atmosférica en la ciudad de Cádiz, el hecho incontrovertible es que las administraciones concernidas, Ayuntamiento y Consejería de Medio Ambiente, no han hecho nada hasta la fecha para rebajar los índices de contaminación que soportamos los gaditanos.

La dependencia máxima al coche privado, la existencia de instalaciones portuarias e industriales contaminantes y la ausencia de informaciones fidedignas, forman un cóctel peligroso para encarar el problema. En particular, los fuertes calores del verano y el incremento del tráfico motorizado, constituyen dos factores relevantes de agresión ambiental.

Los óxidos de nitrógeno que expulsan los tubos de escape y los compuestos orgánicos volátiles son los precursores de formación de ozono troposférico, el ozono “malo”, que ataca las vías respiratorias y reduce la esperanza de vida de todos nosotros.

Las partículas en suspensión, el polvo, es otro factor de agresión ambiental y un atentado contra la salud. Atribuir al “polvo sahariano” la responsabilidad en la superación de los límites legales admisibles, es una forma de ahuyentar el problema y eludir la adopción de medidas correctoras. Tampoco es cierto que las PM 10, las partículas menores de 10 micras, sean las más peligrosas para la salud, sino las PM 2,5, que por su menor tamaño son capaces de llegar directamente a la circulación sanguínea vía pulmonar y generar muchos problemas cardiorrespiratorios.

Finalmente, discrepamos también de que la única cabina de medición de la inmisión atmosférica de los contaminantes en Cádiz, la de la Avenida Marconi, sea suficiente para el diagnóstico de la situación en cuanto a calidad del aire. La propia situación alargada de la ciudad hace preciso contar con al menos dos o tres estaciones de medida, que vayan dando información a la Administración y a los ciudadanos del aire viciado o sano que están respirando, y que permita, a diferencia de lo que sucede en la actualidad, adoptar medidas correctoras y preventivas de la contaminación del aire.