En el año 2000 se cerró la mina de uranio de Saelices el Chico debido a las pérdidas económicas, pero entre el año 2002 y el 2007 el precio del uranio se multiplicó por 12, y esto ha hecho muy apetecible la explotación de esta mina y de otras posibles en una gran parte de la zona oeste de la provincia de Salamanca. Para ello Enusa y Berkeley están moviéndose con nuevas investigaciones, para localizar yacimientos rentables, en unas 110.000 hectáreas. Las reservas probadas en España son más de 80.000 toneladas, la mayor parte en Salamanca.

Para Ecologistas en Acción la minería de uranio es sumamente destructiva, no sólo por formar parte del ciclo nuclear, sino por la enorme cantidad movimientos de roca que produce, dado que la concentración uranio en la misma normalmente es menor de unas centésimas, muy inferior al de otros procesos mineros. En muchos casos, para obtener un kg de uranio es necesario extraer 33.000 kg de rocas.

Pero es que, además, el uranio tiene dos isótopos el 238 y el 235, éste en una proporción del 0,7 % y para que el uranio sea “útil” como combustible hay que enriquecer la proporción del 235 hasta un 4 % aproximadamente. Por lo que para obtener un kg de combustible de uranio hay que remover unos 190.000 kg de rocas. Esto nos da una idea del tamaño de las escombreras que hay que preparar y las balsas que hay que construir.

Las escombreras y la corta de Saelices son gigantescas y su proceso de restauración puede durar décadas, como ocurrió con las instalaciones de Andujar. Y no debemos olvidar que vivir en una zona próxima a la mina supone un factor de riesgo de contraer cáncer. La mina de Saelices ocupa más de mil hectáreas, y estuvo en explotación durante 25 años.

Además, hay que recordar que hace un año se rompió un dique de esta mina, produciéndose un vertido de agua contaminada al río Águeda. Este accidente no ha tenido ninguna repercusión para la empresa, que ha quedado impune. ¿Dónde están los planes de vigilancia después del desastre de Aználcollar?

La contaminación radiactiva que produce una mina de uranio no es un problema menor. La extracción de mineral se realiza mediante voladuras y la roca se lleva en camiones hasta la planta de trituración, esta actividad produce lógicamente polvo, que en parte se evita regando con agua. Se contamina el aire, los suelos y las aguas, superficiales y profundas, durante miles de años.

Todos los procesos del tratamiento del mineral producen residuos: radio, torio, uranio empobrecido no rentable, residuos químicos ácidos, metales pesados que acompañan al uranio mezclados con lodos, disolventes orgánicos, resinas tóxicas, sulfúrico y cloruros.
Los elementos radioactivos se desintegran espontáneamente, emitiendo rayos alfa, beta y gamma.

En el oeste de Salamanca existe una radioactividad natural debido a la emisión de radiación por los minerales del subsuelo, a decenas de metros de profundidad, pero ésta no es comparable si extraemos éstos minerales a la superficie.
Por eso lo mejor que podemos hacer con el uranio es dejarlo como está. No tocarlo.

  • Permisos de investigación otorgados:
    • Villar de Argañán
    • Aldea del Obispo
    • Villar de la Yegua
    • Villavieja de Yeltes
    • Retortillo
    • Villares de Yeltes
    • Cubo de Don Sancho
    • Olmedo de Capaces
    • Pozos de Hinojo
    • Sancti Spíritus
    • Boada
    • Fuente de S. Esteban
  • Solicitudes de permiso de investigación admitidas:
    • Ahigal de los Aceiteros
    • Sobradillo
    • Fregeneda
    • Hinojosa
    • San Felices de los Gallegos
    • Puerto Seguro
    • La Bouza