Ecologistas en Acción pregunta al Ayuntamiento de Granada qué se han hecho con los elementos radioactivos que había en el edificio de sindicatos.

Se trata de detectores iónicos de humo, muy peligrosos, y que sólo puede manipular y retirar un gestor autorizado.

Había decenas de estos aparatos por todo el edifico y caso de rotura, liberarán al medio partículas radiactivas de muy alta radiotoxicidad que, caso de ser aspiradas, ingeridas o tocadas por las personas, son un auténtico peligro para la salud.

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Dos modelos de Detectores de humo iónicos

Se le ha preguntado al Ayuntamiento cuándo han pedido a ENRESA (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, S.A.) o a otro gestor autorizado, la retirada controlada de estos elementos y también las medidas tomadas para la protección de la salud de los trabajadores que están trabajando en el desmantelamiento del edificio.

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Etiquetado con el aspa radiactiva y el componente Am241

De no hacerse con rigor la retirada de estos aparatos radiactivos podríamos vivir una catástrofe ambiental, con grave riesgo para la salud, si los detectores acaban entre escombros por cualquier parte.

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Etiquetado con el aspa radiactiva y el componente Am241

Comunicado de prensa 2001

Escrito remitido a los medios de comunicación en 2001, que no pierde actualidad:

Granada 16 de enero de 2001

LA RADIACTIVIDAD NO SOLO ESTA EN BOSNIA. ESTA SOBRE NUESTRAS CABEZAS.

A modo de introducción: de los pararrayos radiactivos a los detectores de humo iónicos.

El decreto 1428/86 de 13 de junio exigió a los poseedores de pararrayos radiactivos que, o los declaraban como instalaciones radiactivas -con lo que eso conlleva-, o los debían retirar. Obviamente la práctica totalidad de propietarios optaron por la retirada ya que no les costaba nada (ENRESA -Empresa Nacional de Residuos S.A.- se encarga de la retirada gratuita cuyo coste se aproximaba a 100.000 pts de 1990 por pararrayo).

A pesar de todo aún quedan muchos por retirar y, lo que es peor, se siguen colocando incumpliendo la legalidad vigente.

ENRESA empieza a retirar los pararrayos que contienen en su mayoría el isótopo Americio 241, considerado por la legislación nuclear como de muy alta radiotoxicidad – ya que es un emisor de partículas alfa de larga vida, por lo que se equipara a los residuos de una central nuclear-, y se encuentra con que no tiene dónde depositarlos. En el Cabril no puede legalmente pues es «sólo» para residuos de media y baja actividad.

A pesar de ofrecer inmensas sumas de dinero a pobres y pequeños pueblos del interior, ningún ayuntamiento acepta el cementerio en su zona.

Cuando peor están las cosas aparece la solución: Se llega a un acuerdo, en mayo de 1991, con la compañía inglesa Amersham que se llevará el isótopo radiactivo, quedándose ENRESA con la chatarra. Amersham almacenaría o reciclaría los isótopos radiactivos en instalaciones adecuadas.

Como en el mundillo de lo nuclear no hay monjas de la caridad, no tardamos en saber por dónde recircula el material radiactivo que tan gentilmente se llevaron los ingleses: nos lo han vendido dentro de DETECTORES DE HUMOS que están por casi todos los grandes edificios y centros oficiales y administrativos.

El hecho de que se pongan Detectores de Humo Iónicos (Radiactivos) es porque salen un poco más baratos que los fotoeléctricos, que también están en el mercado y son tan eficientes como los demás. Esta estrategia de mercado permite colocar una gran cantidad de residuo muy radiactivo sin necesidad de crear ningún cementerio nuclear. Simplemente lo esparcen por ahí en los más de cien mil aparatos repartidos por todo el país.

Aunque se puede argumentar que las radiaciones emitidas son de muy poco alcance y que no existe peligro para los que pasen por ahí, nadie nos puede negar que en caso de un accidente (fuego, inundación, terremoto, etc.) el material radiactivo que contienen los detectores empezaría a circular por el aire o por el agua siendo peligrosísimo – infinitamente más que el uranio empobrecido tan de moda ahora- para la salud de las personas.

Por eso el Sindicato CGT pidió en marzo de 1997 la retirada de los detectores de humo radiactivos que había en el local de la AISS en sus dependencias, cosa que consiguió por fin en la primavera de 1999. Si no eran peligrosos, ¿por qué venían los operarios de ENRESA vestidos como astronautas y con contenedores especiales para llevárselos?

Queremos advertir a la opinión pública, y afirmamos con rotundidad, que también existen detectores de humo iónicos en los siguientes edificios:

Edificio AISS, sede de los Sindicatos.
Residencia Juvenil de Víznar.
Residencia Juvenil de Pradollano.
Hospital Comarcal de Baza.
Hospital Comarcal de Motril

Y tenemos la convicción de que la mayoría de los edificios públicos, bancos y galerías comerciales también los tienen.

Apelamos a los trabajadores y personal responsable de estos edificios para que soliciten a ENRESA (Empresa Nacional de Residuos, S.A.) la inmediata retirada de estos artefactos como ya hiciera con la mayoría de los pararrayos radiactivos.

Por nuestra parte hemos enviado a los directores de estos edificios, así como de otros donde sospechamos que también albergan estos aparatos, cartas pidiéndoles que soliciten a ENRESA la retirada inmediata de estos aparatos y se quiten de encima ese potencial peligro.

Con la salud de las personas no se juega y menos deben hacerlo las administraciones públicas, que tienen el deber de velar por ello.