Tras sacar la sala de máquinas del New Flame un año después aún quedan 10.000 toneladas de chatarra y más de 15.000 Tn de restos del casco del New Flame bajo las aguas de la Bahía de Algeciras.

Aunque los restos del Bulk Carrier no sean visibles en este primer aniversario, el New Flame está roto en varias partes entre 27 y 42 metros de profundidad a media milla de Punta Europa.

Lo que queda del barco sigue bajo las aguas y la responsabilidad corresponde en exclusiva a la colonia gibraltareña, que se negó en todo momento a aceptar la colaboración de las administraciones españolas y que, al final, ha demostrado que el rescate le venía grande.

Sin embargo, recordemos, que ni desde la Junta ni desde el Gobierno se presionó a las autoridades del Peñón para agilizar el rescate, a pesar de desconocerse el contenido de la carga hasta varios meses después y de las advertencias de los ecologistas alertando sobre una posible tragedia medioambiental, que, lamentablemente, se produjo en forma de 900 toneladas de vertidos de fuel en las playas de la bahía de Algeciras.

De hecho, hasta que no aparecieron las primeras manchas de fuel a finales de 2007 y ya metidos en campaña electoral ninguna de las administraciones reaccionó.

El presidente andaluz, Manuel Chaves, no acusó de desidia e irresponsabilidad a Gibraltar hasta 120 días después de que se produjera el accidente, tras producirse vertidos importantes y ya en plena precampaña electoral.

Desde Verdemar-Ecologistas en Acción avisamos que no vamos a permitir que se quede un gramo de los restos del buque en el lecho marino y exigimos a la Unión Europea vigile las tareas del naufragio.