Ecologistas en Acción considera un error que el consistorio finalmente, tras haberse solicitado por escrito el cambio de ubicación de la actividad, haya optado por mantener la celebración de un festival de rock en el Paseo Ribereño, en una zona que está expresamente protegida por estar dentro del ámbito territorial del Plan Especial de Protección (PEP) de la Atalaya y el Menjú, un instrumento de gestión y protección medioambiental elaborado y aprobado por el propio ayuntamiento de Cieza hace ya nueve años.

Por esta razón la asociación tacha de incongruente la actitud del ayuntamiento de Cieza. Por una lado se aprueba un Plan Especial que tiene como objetivo la protección y mejora de los valores medioambientales y culturales del espacio definido por el mismo, y por otro lado se programan actividades que chocarían frontalmente, no solo con el espíritu del Plan, si no con la propia normativa del mismo.

A este respecto la asociación ecologista apunta que el artículo. 22.3. del PEP establece literalmente: “Se prohíbe la generación de ruidos estridentes, sea cual fuere la fuente de origen, en el ámbito del Plan Especial, a excepción de los estrictamente necesarios en las tareas de conservación, mantenimiento y mejora del espacio natural”. Lo que debería haber sido suficiente para que se hubiera optado, desde el principio, por otra ubicación, máxime cuando existen numerosas alternativas para la celebración de una actividad de este tipo.

Pero además, el festival de rock programado por la Concejalía de Juventud del ayuntamiento de Cieza se celebrará junto al Molino de Teodoro y Paseo Ribereño, un entorno que está especialmente protegido por el PEP, y definido (el entorno del Molino) de interés especial para su protección (art. 15.5 del PEP), entre otros elementos y edificios de carácter histórico o etnográfico. A lo que hay que añadir que el Paseo Ribereño y su bosque de galería ribereño, está considerado por la normativa del PEP (art. 11.2) como hábitat de conservación prioritaria.

Por tanto, indica Ecologistas en Acción, la elección de este entorno protegido para la celebración de actividades de este tipo, y para las que existen alternativas perfectamente viables y más adecuadas, es un error y una irresponsabilidad.

La asociación ecologista apunta que “ni de lejos se trata de entorpecer la celebración del festival de rock”, una iniciativa que califica de positiva y necesaria. Pero no puede estar de acuerdo con el lugar escogido, ya que existen numerosas ubicaciones alternativas.

Y por tanto la negativa a trasladar la actividad a un lugar alternativo supone una innecesaria y gratuita alteración de la zona, además incumplir por parte del consistorio las normas referidas y el espíritu proteccionista que emana del referido “Plan Especial de Protección de la Atalaya y el Menjú”

Ecologistas en Acción alerta que en los últimos años se está incrementando la presión sobre el entorno, con la organización de actividades de todo tipo en el ámbito del PEP, actividades que en ocasiones, como el referido festival (pero no exclusivamente) chocarían frontalmente con la normativa de protección ambiental del espacio, y demanda del consistorio un ejercicio de sensatez y un giro en su política de utilización de entornos especialmente sensibles, por sus valores (ecológicos, paisajísticos y culturales) y su cercanía a la ciudad, como el río Segura y el ámbito territorial del PEP de la Atalaya y el Menjú.