La empresa Cannon Power España, S. L. inició en su día los trámites necesarios para construir, junto al casco urbano de Sarrión, una planta de producción de biodiésel con capacidad para fabricar 250.000 toneladas de biodiésel al año a partir de aceites de colza, soja y palma.

Tras estudiar el caso Ecologistas en Acción considera que no se ha tramitado correctamente el proyecto, que se ha elegido un lugar inadecuado para su construcción y que, tal como se ha planteado el proyecto, hay dudas sobre su conveniencia para el desarrollo de la comarca y sus repercusiones ambientales en terceros países.

En cuanto a su tramitación ambiental el INAGA decidió en febrero de 2007, basándose en teoría en lo regulado por la ley 7/2006 de Protección Ambiental de Aragón, no someter el proyecto al proceso de Evaluación de Impacto Ambiental, proceso administrativo que requiere la exposición pública del proyecto a fin de que puedan hacerse alegaciones, por quien interese, sobre las consecuencias ambientales del proyecto. La decisión del INAGA se basó en considerar el proyecto dentro de la categoría de «Instalaciones de almacenamiento de productos petroquímicos y químicos…» (en el anexo III de la ley), en los que es potestativo el someter el proyecto a Evaluación de Impacto Ambiental, cuando es evidente que en realidad el proyecto debe figurar en otra categoría (en anexos II y VI) ya que se trata no de un almacén sino de una instalación de fabricación de productos químicos orgánicos (en este caso de hidrocarburos oxigenados) en los que la ley indica claramente que estos proyectos requieren una Autorización Ambiental Integrada, que incluye una Evaluación de Impacto Ambiental. De hecho ese es el procedimiento que se siguió en la población riojana de Calahorra en otro proyecto de fábrica de biodiésel de las mismas características que la planta que se quiere hacer en Sarrión. De confirmarse estos aspectos no solo el proyecto de Sarrión habría sido mal tramitado sino también otros proyectos de plantas de biodiésel que fueron tramitados sin Evaluación de Impacto Ambiental en Aragón, como son los casos de las plantas de Ontiñena, Albalate del Arzobispo y Altorricón.

En lo que se refiere a la ubicación de la fábrica proyectada, en un polígono industrial situado junto al casco urbano de Sarrión, Ecologistas en Acción considera que es inadecuado y peligroso instalar este tipo de fábricas cerca de los núcleos urbanos. Las fábricas de biodiésel requieren, además de toneladas de ácidos y bases, el uso de grandes cantidades de metanol (en este caso más de 24.000 toneladas al año), producto tóxico e inflamable, que requiere, como norma elemental de precaución, que las instalaciones que manipulen este tipo de productos químicos estén lejos de los cascos urbanos para prevenir accidentes industriales (fugas, explosiones, etc.). Así mismo hay que destacar que el metanol figura, en una directiva europea (conocida
como directiva «Séveso», por la población que sufrió hace años un trágico accidente químico), como producto peligroso cuando se maneja en las cantidades previstas en la fábrica proyectada.

Ecologistas en Acción quiere recordar además que, a pesar de constar esta norma como derogada en la legislación aragonesa, el RAMINP (Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas), recientemente considerado como norma básica del estado, y por tanto vigente, en una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Navarra sobre la Central Térmica de Castejón, considera que las industrias nocivas y peligrosas no deben de instalarse a menos de 2.000 metros del núcleo urbano, norma que Ecologistas en Acción considera muy sensata y razonable. Por ello consideramos que, además de
tramitarse incorrectamente el proyecto, éste incumple también lo indicado en el RAMINP sobre distancias a las poblaciones.

Por último Ecologistas en Acción quiere resaltar que, para promover el desarrollo económico de la comarca y tal como se ha hecho en otros lugares, este tipo de proyectos deben de ir ligados a la agricultura local y usar aceites que provengan de semillas cultivadas en la región de un modo sostenible. Fabricar biodiésel con aceite de palma, tal como figura en el proyecto junto a otros aceites, indica claramente que este aceite va ser importado de países tropicales, países en donde lo habitual es destruir selvas para el cultivo de la planta productora. Por tanto usar aceite de palma como materia prima no favorece el desarrollo local y quita el sentido original de la fábrica de biocombustibles, que buscan, se supone, limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, como el CO2, que provocan el calentamiento global del clima.

Por todo lo dicho Ecologistas en Acción se ha dirigido a la Administración Pública aragonesa para solicitarle que se vuelva a tramitar el proyecto de un modo correcto y que este tipo de industrias se sitúen lejos de las poblaciones, teniendo en cuenta los vientos dominantes, y que se ligue la fábrica de biodiésel a la producción de aceite de origen local y por medio de una agricultura que sea sostenible en el uso de los recursos locales y que no contribuya a sustituir la producción de alimentos por la de combustibles para nuestros coches.