Ecologistas en Acción de Córdoba denuncia la instalación de circos de animales en Córdoba, y pide a la ciudadanía sensible y consciente de los derechos de los animales que no lleve a sus hijos/as a tal establecimiento, procurándoles una educación acorde con la sostenibilidad y el respeto de los derechos de los animales. Igualmente, recomendamos a las Administraciones Públicas responsables que no autoricen este tipo de actividades tan crueles.

Durantes estos próximos días, Córdoba tendrá el dudoso honor de albergar en uno de sus espacios públicos un circo de animales. Hay diferentes clases de circos, en unos son las personas las que se entrenan para entretener y divertir al público. En otros, los responsables prefieren hacer un uso comercial de animales. Estos, son entrenados y domesticados en unas condiciones muy duras, pues sufren maltratos y son privados de su libertad y sometidos a momentos de fuerte estrés y maltrato, tanto en su entrenamiento como en su exhibición. Las herramientas utilizadas en los entrenamientos, como látigos, collares de ahorque, y ganchos de metal confirman esta teoría. Este tipo de actos no educan al público sobre el comportamiento natural de los animales y muestran siempre a los animales como feroces o estúpidos.

Además, los animales explotados en los circos son obligados a vivir en jaulas minúsculas, a realizar viajes agotadores en camiones o barcos en condiciones climáticas casi siempre adversas. Durante el periodo que los circos están fuera de temporada los animales son mantenidos en las mismas jaulas donde son transportados dentro de los camiones. Este confinamiento provoca en los animales graves daños tanto físicos como psicológicos.

Esta clase de circos deberían suponer, por lo menos, algún dilema moral, para las personas propietarias de los mismos, las Administraciones Públicas que permiten su establecimiento temporal, así como las familias que se acercan a ver la batería de números circenses donde se utilizan animales.

La Administración o Administraciones Públicas es deberían plantearse que con su consentimiento no sólo dan el visto bueno a esta clase de uso inmoral de otros seres vivos, sino que además con ello transmiten un mensaje de irresponsabilidad a la ciudadanía. En el caso de la ciudadanía que asiste a estos “eventos”, no sólo ayudan al mantenimiento de estas actividades, sino que además, como en su mayoría asisten con niños y niñas menores de edad, la educación que ofrecen carece de valores de empatía y de respeto hacia otras formas de vida.

Cada día, la sociedad humana avanza hacia valores de respeto y solidaridad que quedan reflejados en muchos campos. Y éste no es uno de ellos, sino que en realidad choca de frente con dichos valores, impidiendo que estos se globalicen hacia todas nuestras actividades.

Por una ciudad de la cultura y el respeto a la Naturaleza.

¡Córdoba libre de maltrato animal!