El pasado día 18 se firmó por parte del Ayuntamiento de Sant Vicent del Raspeig, y la empresa Cemex España, el convenio por el que cesará la actividad de esta industria el día 1 de agosto de 2009.

Se cierra así, con una sensación agridulce, un capítulo de la historia de un pueblo y una comarca marcada por la presencia de esta industria que recordamos, tiene otra planta a escasos kilómetros en el municipio de Alicante.

Por una parte, supone una alegría, que por fin una industria que estaba literalmente asfixiando al pueblo por encontrarse prácticamente dentro de él, cese su actividad. Evidentemente el cierre de la factoría supondrá no sólo el aumento de la calidad del aire, sino también la disminución de la contaminación acústica. Por desgracia, después de tantos años nos quedaremos sin saber que efectos ha tenido sobre la salud de los ciudadanos la actividad de esta empresa, ya que, las continuas peticiones ante el Consejo de Medio Ambiente de la realización de un estudio epidemiológico han sido sistemáticamente boicoteadas por parte del Ayuntamiento.

Como suele ser habitual con este tipo de industrias, el convenio ha supuesto una concesión por parte del municipio que nosotros consideramos excesiva y que al final ha beneficiado a la empresa. El convenio firmado por la empresa y el ayuntamiento, permite la recalificación de los terrenos para su uso urbano (residencial y comercial), beneficiando así a la empresa que es la que sacará grandes plusvalías con los terrenos, que actualmente tienen una calificación de industrial.

Así, una vez más la empresa sale ganando, ya que la situación en la que estaba esta factoría (que recordamos tiene casi cien años) impedía que cumpliera con las actuales normativas ambientales. La concesión de una Autorización Ambiental Integrada “ad hoc” irregular hasta su cierre definitivo también supone una concesión a la empresa, pues la tecnología que utiliza no es la mejor disponible, esta industria está totalmente obsoleta y no cabe dentro de las directivas ambientales actuales.

El rechazo de las alegaciones presentadas por Ecologistas en Acción al convenio nos han indignado, no por el rechazo en sí, al que lamentablemente estamos acostumbrados, sino en que han venido unidas a un ataque directo. La carta de la empresa al Ayuntamiento descalificando, no nuestros argumentos, sino nuestro derecho a ejercer como ciudadanos y colectivo ante temas de gran relevancia, nos ha molestado tanto como sorprendido, ya que no es habitual que una empresa haga este tipo de cosas. Resulta totalmente inaceptable que una empresa multinacional diga a un colectivo social cómo tiene que hacer las cosas, o que línea debe seguir, pero sobre todo resulta lamentable que los representantes políticos vean esta actitud con total normalidad.