La central nuclear de Cofrentes (Valencia) ha acumulado en los últimos días tres incidentes casi simultáneos cada uno provocado por el anterior. Se ha observado una fisura en dos elementos combustibles, se produjo un fallo en un relé de protección por un mal funcionamiento del generador y, finalmente, una parte del panel de control se apagó, lo cual para Ecologistas en Acción constituye una serie de averías muy graves.

En estos momentos, la central se encuentra parada para proceder a la sustitución de un par de elementos combustibles defectuosos que estaban contaminando el agua de refrigeración. Cuando aparece una fisura en la vaina de un elemento combustible, la radiactividad pasa paulatinamente al refrigerante. Cuando el grado de contaminación es alto hay que proceder a parar la central y a sustituir el elemento combustible dañado. Este problema supone, por tanto, el aumento de las dosis radiactivas en los trabajadores, un aumento de las emisiones al exterior de la central y la pérdida de generación de potencia. La central nuclear de Cofrentes ha sufrido muy a menudo la aparición de fisuras en sus elementos combustibles por lo que buscó un nuevo suministrador. En estos momentos vemos que el problema todavía no está resuelto puesto que esta fisura ha aparecido a pocos meses de la última recarga, que se produjo en octubre de 2003. Hay que recordar que el director de la Central Nuclear se había comprometido delante de la Comisión de Seguridad Nuclear de las Cortes Valencianas a reforzar las medidas de seguridad para que esta situación no se repitiera, extremo que ahora se comprueba que no es totalmente cierto.

Durante la parada para proceder al cambio del elemento combustible y cuando bajaba la potencia del generador, se detectó un aumento en la demanda de suministro lo que originó el disparo de un relé y también de su auxiliar. El disparo del primer relé en unas circunstancias nada extraordinarias es ya una irregularidad, pero el disparo del segundo es más grave por tratarse de un fallo del sistema redundante, que se supone debería servir para cubrir sus posibles deficiencias. Las consecuencias fueron que una parte del panel de control de la central se quedó sin alimentación, lo que hizo que los operadores perdieran parte de la información sobre la situación en que se encontraba el núcleo del reactor. Esta situación duró varias horas. Los responsables de la central tardaron seis horas en comunicar la incidencia al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que como suele ser habitual se ha apresurado a restar importancia al incidente.

Ecologistas en Acción, sin embargo, estima que se trata de una incidencia muy grave. Durante varias horas los operadores de la central estuvieron sin lectura de algunos de los parámetros de la planta, por lo que la situación podría habérseles ido de las manos si hubiera ocurrido alguna nueva incidencia durante la parada. Esta organización quiere destacar que este grave fallo se produce por el disparo de dos relés, uno de los cuales era la salvaguardia del otro. Y que todos estos sucesos han consistido en una serie de averías encadenadas que han tenido lugar durante una operación que se ha repetido numerosas veces en Cofrentes. Ante este cúmulo de incidencias que denota el penoso estado de la central, Ecologistas en Acción pide el cierre de la misma.