Hace 60 años se constituyo la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con el objetivo de poner un freno a la Unión Soviética. Lo lógico hubiera sido suponer que, a la desaparición del bloque comunista le hubiese seguido la de esta Alianza. Pero los Jefes de Gobierno de los países occidentales ampliaron el objetivo de este tratado militar. A la defensa de posibles ataques se añadió la posibilidad de atacar otros territorios en función de los intereses de la gran potencia económica y militar, EE UU, así como de su aliada directa, la UE.

Actualmente la OTAN se encuentra inmersa, y con ella nuestro Estado, en el conflicto de Afganistán. La invasión comenzó con la excusa de destruir a Bin Laden pero, 7 años después, el conflicto sigue abierto con pérdidas diarias de vidas humanas, sin que se ha conseguido la democracia para este país, y con un gasto de millones de euros en tener una zona en continuo conflicto bélico.

El Gobierno español, desde que retiro las fuerzas militares de Iraq, las ha intentado en Afganistán, demostrando que sus declaraciones sobre la «Alianza de Civilizaciones» son pura retórica.

En estos días se reúnen en Estrasburgo los Jefes de Estado de los países miembro de la OTAN con el objetivo fundamental de seguir incrementando las fuerzas militares en Afganistán y celebrar el 60 aniversario de esta alianza de la muerte.

Ecologistas en Acción considera que no hay nada que celebrar, ya que la historia de la OTAN ha causado cientos de miles de muertos, muchos de ellos civiles. Ahí están los ejemplos de la ex-Yugoslavia, Kosovo o Afganistán.

En el Estado español, además del gasto militar que supone tener fuerzas en otros países bajo el mando de la OTAN, hay bases militares que utiliza la Alianza como Betéra y Rota, que sirven de puentes para que los ejércitos estadounidenses (y europeos en menor medida) bombardeen poblaciones civiles.

Ecologistas en Acción declara que es necesario que la OTAN desaparezca, al igual que las bases militares que usa por todo el mundo. Esto permitiría que el dinero que se gastan sea distribuido en causas sociales y ambientales, ya que actualmente el 75% del gasto militar mundial se dedica a potenciar esta Alianza. Llama poderosamente la atención como en tiempos de crisis como las que vivimos no se plantee ni tan siquiera el recorte de unos gastos para la muerte como los militares.