La tecnología de gasificación de los residuos por plasma producirá emisiones nocivas y tiene un bajo rendimiento energético que se disfrazará con la quema de gas natural en una central térmica de ciclo combinado.

La mercantil Global Plasma Valencia SL ha solicitado la Autorización Ambiental Integrada para una instalación de tratamiento de residuos del calzado, mediante la tecnología de gasificación por antorcha de plasma, en el Polígono Industrial del Pastoret II de Monóvar. Esa mercantil proyecta la destrucción térmica de 120.000 toneladas/año de residuos de la industria del calzado (recortes, polvo de limaduras, lodos, etc). Hay que remarcar que según el Plan Integral de Residuos (1997) los residuos de la industria del cuero y calzado en el País Valenciano son de 30.000 toneladas de residuos no peligrosos y de 6.000 toneladas de residuos peligrosos, por lo que será necesario importar el resto hasta 120.000 toneladas de otras Comunidades Autónomas. Este hecho contradice los Principios de Proximidad y Autosuficiencia, que son básicos en cualquier política de residuos.

La tecnología de gasificación por plasma supone un gran gasto de energía eléctrica, pues supone calentar los residuos a temperaturas por encima de los 2.000ºC. Una parte de ese gas generado (gas de síntesis) se quemaría en una turbina de gas que produciría electricidad. El poder calorífico de ese gas de síntesis es muy bajo, la tercera parte del poder calorífico del gas natural, por lo que es necesario alimentar a la turbina de gas con gas natural exterior procedente del gasoducto, para poder obtener la energía eléctrica necesaria para alimentar a la antorcha de plasma. Además esa instalación se completaría con una central térmica de ciclo combinado que vendería la electricidad sobrante del proceso.

La destrucción térmica de los residuos supone la imposibilidad de aprovechar las materias primas que se pueden extraer de los mismos (colágeno, proteínas, etc) y de darle nuevos usos más allá de la supuesta recuperación energética que se produce en la quema del gas de síntesis.

La tecnología de gasificación por plasma no es una tecnología limpia, pues se producirán emisiones gaseosas que se canalizarán a la atmósfera mediante una chimenea de 36 metros de altura. En todos los procesos de incineración se producen las peligrosas dioxinas y furanos, una de las sustancias más tóxicas conocidas. Además, en el curtido de pieles se utilizan sales de cromo, por lo que no se puede descartar la existencia de ese metal pesado en las emisiones gaseosas de esa instalación, ni la existencia en las mismas del peligroso cromo hexavalente, reconocido cancerígeno. Esa instalación además supondrá un incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero que están en las base del cambio climático.

El Polígono El Pastoret II se encuentra al norte del término municipal de Monóvar, justo en el límite con Elda. La planta de incineración de los residuos estaría a menos de 2.000 m del casco urbano de Monóvar. En sus cercanías hay varias urbanizaciones y un colegio público.

La documentación presentada a información pública es muy escasa y no cumple con lo exigido por el Decreto 127/2006 que desarrolla el Reglamento de la Ley 2/2006 de Prevención de la Contaminación y Calidad Ambiental, por lo que no se debería haber admitido a trámite por parte de la Conselleria de Medio Ambiente. Este proyecto, que goza del visto bueno de esa Conselleria, se enmarca en la nueva política de promoción de incineración de residuos promovida por el Gobierno Valenciano, y supone un giro respecto a las orientaciones del vigente Plan Integral de Residuos de 1997, que abandona políticas reales de prevención, reutilización y reciclaje de los residuos.