Según declaraciones del Ex-ministro de Sanidad Bernat Soria más del 24% de la carga de enfermedad se puede relacionar con El Medio Ambiente.

La literatura médica científica nos aporta afirmaciones taxativas como la siguiente: aumenta en el mundo la incidencia del cáncer infantil, siendo la causa la mayor exposición de los menores a factores factores ambientales cancerígenos. Y esta otra: semen de mala calidad en la mitad de los jóvenes españoles, los especialistas lo achacan a la contaminación industrial y alteraciones antes del nacimiento.

Ante el PGOU que se está gestando nos situamos ante el desafío de crear un Plan general saludable, tanto para nosotros como para nuestros hijos y las generaciones venideras. Pero parece desgraciadamente que esto no es ni objeto de debate para los portuenses, ni que a la administración sanitaria se sienta aludida interviniendo dictando criterios para el diseño de este.

Un Plan General saludable es aquel que sea capaz de minimizar la contaminación ambiental mediante una planificación de ciudad donde la movilidad no resida en el coche si no en el trasporte público y en la que se disminuya el número de desplazamientos porque los barrios estén dotados de servicios como centros de salud, tiendas o escuelas. Debe ordenar el tráfico para que la población no sufra los efectos lesivos del ruido provocado por este.

Un PGOU que no lesione la salud es aquel que cree infraestructuras para eliminar los aproximadamente 5.000 pozos ciegos que hay repartido por la localidad contaminando el suelo y nuestro olvidado acuífero. Y debe de crear soluciones para que el agua pueda llegar a la mar depurada. También debe preservar todas las masas forestales que nos quedan en El Puerto para que estas puedan neutralizar parte del CO2 que emitimos.

Y dar accesibilidad a una vivienda digna a jóvenes, desempleados y mayores, generando barrios sin estrés social, con zonas verdes para el paseo, y donde se eliminen los guetos de pobreza y tráfico de drogas, que determinan que la población ubicada en estos barrios presente mayor mortalidad, morbilidad y menor esperanza de vida simplemente por el hecho de residir en estas zonas deprimidas.

Pero esta no es la carta de los Reyes Magos es el Plan General necesario para disminuir los efectos sobre la salud atribuibles a efectos ambientales que según el Ministerio de Sanidad y Consumo son: enfermedades respiratorias como el asma y las alergias ocasionadas por la contaminación del aire; el cáncer infantil por una serie de agentes físicos químicos; trastornos neurológicos del desarrollo ocasionados por metales pesados, dioxinas, los PCB y contaminantes; procesos endocrinos ocasionados por los plaguicidas; y cáncer de piel debido al aumente de las radiaciones ultravioletas.

El desafío es importante, hay que elegir entre un modelo de ciudad sobredimensionado donde se permita la especulación de los terrenos forestales que nos quedan en beneficio de unos cuantos, frente a una urbanización que cubra las necesidades reales de vivienda digna y saludable para los Portuenses. En resumen, salud o ladrillos.

Y volvemos la mirada a los padres de nuestra cultura, los filósofos griegos, que definieron a los cuatro elementos de la naturaleza: el agua el aire, el fuego y la tierra. Estos son los elementos que debemos cuidar para crear un medio saludable. Tenemos la ocasión de no quedarnos atrás en El Puerto una vez más y si no lo hacemos creo que vamos a recibir dos ladrillazos cada Portuense, uno del más allá de parte de Sócrates y otro del más acá de nuestros hijos, por catetos.

Por Maria del Mar San Narciso. Medico y miembro de Ecologistas en Acción de El Puerto de Santa María.