Ecologistas en Acción considera que las propuestas de delimitación realizadas por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para la Demarcación Hidrológica del Júcar, produciría gravísimos daños ambientales. En concreto, la Junta propone que se saquen de la Demarcación Hidrológica del Júcar un buen número de pequeñas cuencas de escasa entidad, y que mantienen una intensa interrelación con la principal del Júcar, así como la propia Albufera de Valencia. En este sentido, la Junta considera a la Albufera de Valencia como una cuenca endorreica, sin relación alguna con el río Júcar. Ecologistas en Acción considera que dicha afirmación es totalmente falsa, tanto desde el punto de vista técnico como medioambiental, pues la Albufera de Valencia se mantiene en gran medida gracias a los sobrantes de agua dulce que recibe de los regadíos de su entorno, que a su vez se abastecen del río Júcar, y que es lo que permite que las aguas de este lago sean salobres.

En el caso de que se desgajara la Albufera de la Cuenca del Júcar, cualquier aporte de agua de éste río a la misma, pasaría a ser un trasvase entre cuencas, por lo que no podría realizarse mientras existan regadíos infradotados en la cuenca del Júcar. De esta manera, la Albufera de Valencia, una de las principales zonas húmedas de España, dejaría de recibir agua dulce, produciéndose grandes y graves alteraciones en sus actuales condiciones ambientales, lo que le abocaría hacia su próxima destrucción.

Por otra parte, la posible exclusión de algunas pequeñas cuencas de la Demarcación Hidrológica del Júcar, produciría también graves daños medioambientales y problemas de gestión, especialmente si se desgajasen las cuencas del Maestrazgo (Castellón), donde hay previstos importantes proyectos urbanísticos y de campos de golf, potenciados por la Generalitat Valenciana y la Diputación de Castellón, de tal manera que su separación de la cuenca del Júcar nos llevaría necesariamente en pocos años a la sobreexplotación de los acuíferos allí existentes, para dar servicio a esos proyectos.

El empeño de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en que se desgaje de la Demarcación Hidrográfica del Júcar la mayor cantidad de terreno posible dentro de la Comunidad Valenciana, responde al deseo de incrementar el porcentaje de superficie de la cuenca del Júcar perteneciente a la comunidad castellano-machega, para de esa manera poder exigir que se incrementen los recursos hídricos del Júcar a utilizar en esa Comunidad, y reducir el volumen de agua del Júcar que va a parar a la comunidad Valenciana. Ecologistas en Acción considera que esa situación a la que aspira la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha produciría una sobreexplotación del río Júcar y sus afluentes, poniendo en peligro los caudales ambientales, así como las aportaciones a la Albufera. No hay que olvidar que los regadíos castellano-manchegos situados en la cuenca del Júcar consumen una gran cantidad de agua y aspiran a consumir aún bastante más. De hecho, hace pocos meses, una sobreextracción de agua del Júcar para regadío secó totalmente varios kilómetros de este río.

Por último, Ecologistas en Acción lamenta la falta de ética, de escrúpulos y de sensibilidad ambiental que está mostrando Castilla-La Mancha en este tema que, con tal de incrementar los recursos hídricos disponibles para el regadío en su región, no tiene problema en poner en peligro en la vecina Comunidad Valenciana el futuro de acuíferos, cursos de agua, e incluso el de uno de los principales humedales de nuestro país, como es la Albufera de Valencia.