Repsol realizará perforaciones a 3.500 metros de profundidad.

Noelia Sánchez, Ben Magec-Ecologistas en Acción de Canarias. Revista El Ecologista nº 73.

El pasado 16 de marzo el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, a cargo de José Manuel Soria, aprobó un Real Decreto por el que se otorgan permisos de investigación de hidrocarburos frente a las costas de las islas de Fuerteventura y Lanzarote a la multinacional Repsol. Ante las amenazas que supone esta actividad, ha habido grandes movilizaciones ciudadanas en todo el archipiélago.

La zona donde se prevé realizar las prospecciones petrolíferas se encuentra situada en el corredor del Atlántico que separa las Islas Canarias de Marruecos. La distancia entre la zona de prospecciones y el archipiélago es, en algunos casos, de apenas diez kilómetros. La profundidad de las catas que quieren llevar a cabo estará entre unos 2.500 y 3.500 metros.

Las Islas Canarias poseen una naturaleza excepcionalmente rica y diversa, considerándose como uno de los 25 puntos calientes de biodiversidad del planeta (espacios que en su conjunto, con apenas el 1,5% de la superficie del planeta albergan cerca del 30% de las especies catalogadas). Entre estas especies se encuentran peces de gran interés biológico y pesquero, cinco de las ocho especies de tortugas marinas y multitud de mamíferos marinos como los cetáceos. Todas estas especies se verían gravemente amenazadas por la realización de las prospecciones petrolíferas.

En qué consisten las prospecciones

Para averiguar la existencia de bolsas de petróleo, Repsol debe hacer una serie de estudios previos. En la primera fase, Repsol realizaría estudios sísmicos para determinar si existen depósitos de combustibles fósiles en la zona. Los métodos de prospección consisten, en general, en la emisión de ondas acústicas, desde un buque en movimiento, que viajan a través del agua y alcanzan la superficie del fondo marino. Estas ondas vuelven a proyectarse hacia la superficie del mar donde el mismo buque las capta, obteniendo datos sobre las discontinuidades del fondo y subsuelo. Pero estas ondas acústicas tienen una potente intensidad y causarían fuertes daños a cetáceos y otras especies marinas (daños físicos, cambios en su comportamiento o alteración de sus rutas migratorias), poniendo en grave peligro la conservación de las mismas.

En una segunda fase se realizarían las perforaciones de los pozos. Estas perforaciones generan residuos que al mezclarse con las arcillas del fondo forman un barro oleoso que resulta mortífero para la fauna abisal y que sepultaría hábitats sumergidos de alto valor ecológico. En esta fase los principales causantes de la contaminación son algunos metales pesados como el mercurio o el cadmio, y algunos hidrocarburos aromáticos como el benceno, altamente tóxicos e incluso cancerígenos.

A todas estas afecciones hay que sumarle las producidas por los vertidos y escapes de crudo que se dan de manera constante en los pozos de extracción. La contaminación marina por hidrocarburos se produce tanto de manera accidental como intencional, por descargas voluntarias y el lavado de buques cisternas. Los daños ambientales son de sobra conocidos.

Repsol y las multinacionales del petróleo

Hasta hace unas décadas, la detección y extracción de petróleo en aguas profundas y ultraprofundas era impensable. Actualmente, los avances técnicos permiten a las compañías petroleras ir cada vez más lejos en la búsqueda de activos. La perforación de pozos en aguas profundas requiere no obstante de grandes inversiones de capital. Pero sitúa a dichas empresas en una posición de ventaja respecto a su competencia y a sus accionistas, ya que el anuncio de descubrimientos de nuevas reservas o concesiones hace subir su cotización en bolsa, por muy alejadas que estas se encuentren y por muy difíciles que sean de extraer.

Sin embargo, los riesgos son enormes pues las posibilidades de accidentes son cada vez más altas. Desgraciadamente tenemos numerosos ejemplos de desastres irreversibles. El de mayor repercusión mediática fue el ocurrido en 2010 en el Golfo de México, debido al hundimiento de la Deepwater Horizon, una torre petrolífera semisumergible que realizaba prospecciones a unos 2.400 metros de profundidad. Las perforaciones previstas junto a las islas son de las más profundas del mundo (unos 3.500 metros), lo que complica las soluciones técnicas en caso de problemas.

A todo esto se le une una fuerte campaña de manipulación informativa favorable a la empresa Repsol. Entre las tergiversaciones defendidas por los grandes medios se encuentra, al calor de la nacionalización de YPF por parte del Gobierno argentino, la de que la multinacional es una empresa “española”. Desde nuestro punto de vista Repsol dejó de ser “española” tras su liberalización a finales de los noventa. Desde entonces es una compañía transnacional de capital privado que cotiza en Bolsa y cuyos inversores son en su mayoría extranjeros. Es una de las empresas con sede en España que cuenta con mayor presencia en paraísos fiscales a través de los que minimiza el pago de impuestos, por lo que su aportación a la economía del país es cuestionable.

Por otro lado, Repsol cuenta con un largo historial de violaciones a los derechos humanos y de delitos ambientales en la mayoría de los países en los que opera, como Ecuador, Bolivia, Argentina, Colombia, Guinea o Nigeria.

Afecciones económicas y sociales para el archipiélago

A día de hoy, el turismo es la industria que más puestos de trabajo genera en Canarias. En el caso de que se produjeran vertidos de crudo, las consecuentes mareas negras hacia las playas de las islas tendrían un impacto desastroso para la economía.

Desde el Gobierno y algunos medios de comunicación se ha utilizado como argumento para conseguir una opinión pública favorable a las prospecciones que estas supondrán un revulsivo económico. Sin embargo esto es falso porque, según la Ley 34/1998 que regula el sector de hidrocarburos en España, los derechos de los titulares de las concesiones de explotación de yacimientos de hidrocarburos son exclusivos, y estos pueden vender libremente los hidrocarburos obtenidos. Repsol, según la legislación vigente, no tiene ningún tipo de compromiso con el Estado ni con la Comunidad Autónoma directamente afectada. Ni siquiera los escasos ingresos fiscales con los que se gravaría esta actividad (un 5%) repercutirían en las islas. Además, este tipo de actividad altamente especializada genera muy poco empleo. Según datos de la propia compañía, Repsol tiene poco más de 36.000 puestos de trabajo directos en todo el mundo, muchos menos empleos de los que genera el turismo en Canarias.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que Lanzarote y Fuerteventura dependen exclusivamente de la desalinización del agua del mar en la obtención de este recurso básico para el consumo de la población. Un vertido masivo de crudo podría provocar un grave problema de abastecimiento.

Movilización ciudadana

El pasado 24 de marzo salieron a la calle en todas las islas miles de personas para protestar contra un proyecto que cuenta con la oposición de la población en general y de amplios sectores como las instituciones canarias, las organizaciones ecologistas, la mayoría de partidos políticos, los empresarios hoteleros y la comunidad científica. Las prospecciones se aprobaron por la vía del decretazo, dejando la participación ciudadana restringida a diez días para la presentación de alegaciones. Las prisas de Repsol y del Gobierno por la aprobación de las mismas están relacionadas con la publicación de una nueva normativa por parte de la Unión Europea que pretende endurecer la seguridad exigida para la extracción de petróleo y gas en alta mar.

En las islas de Lanzarote y Fuerteventura se ha constituido una plataforma ciudadana con el nombre de “No a las Petroleras, Sí a las Renovables” que está realizando acciones para expresar el rechazo a una decisión que se ha tomado de espaldas a la población, negándole el derecho a la información y el debate público sobre un tema de primer orden. Entre las actividades que se están llevando a cabo se encuentra la presentación de un nuevo recurso ante el Tribunal Supremo contra el Real Decreto, recurso similar al que ya fue ganado en 2004. Desde los Cabildos de Lanzarote y Fuerteventura se ha presentado también una queja ante la Comisión Europea.

La Federación canaria Ben Magec-Ecologistas en Acción y el movimiento ciudadano pretenden seguir trabajando, además, para la consecución de una moratoria que preserve esta zona de alto valor natural de los peligros que representa la extracción de petróleo. En este sentido, la lucha contra las prospecciones petrolíferas no puede ir desvinculada de la exigencia para Canarias de un modelo energético más sostenible. Es inaceptable la escasa presencia de energías limpias en el archipiélago a pesar de su excepcional potencialidad para la implantación de las mismas.

La manifiesta insensatez que supone la realización de prospecciones petrolíferas en aguas ultraprofundas demuestra la necesidad de cambiar el modelo energético, avanzando hacia mayores cotas de soberanía en esta materia que impliquen una apuesta firme por las renovables y por la gestión democrática de las mismas, así como por el ahorro y la eficiencia energética. Precisamente este año 2012, ha sido declarado por la Unesco como “Año Internacional de la Energía Sostenible para Todos”.

Más información:
- Informe Canarias lo tiene Crudo. Ben Magec-Ecologistas en Acción, 2012
- Manifiesto No a las Petroleras, Sí a las Renovables
- repsolmata.ourproject.org