La Sala Primera del Tribunal Constitucional dictó sentencia el pasado 4 de mayo desestimando totalmente una cuestión de inconstitucionalidad planteada como consecuencia de 5 sanciones que se habían impuesto a ENUSA por un incidente ocurrido en la fábrica de uranio de Juzbado (Salamanca) en 1997. La sentencia se ha hecho pública en el Boletín Oficial del Estado el pasado 6 de junio.

La cuestión de inconstitucionalidad fue planteada por el Tribunal Supremo en 2003 contra una sentencia de la Audiencia Nacional que imponía 5 sanciones leves de máximo importe a ENUSA por varios incumplimientos del Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas. La desestimación de la cuestión de inconstitucionalidad por el Tribunal Constitucional implica que, finalmente, se tendrán que imponer 5 sanciones a ENUSA. Es de destacar el hecho de que no haya habido ningún voto particular de ningún Magistrado contrario a la desestimación.

Los hechos se remontan a diciembre de 1996, cuando tres contenedores con material radiactivo se trasladaron al almacén de contenedores de la planta de Juzbado, donde no existe ningún sistema de protección radiológica. En enero de 1997 supuestamente se hizo un examen radiológico a los contenedores y no se detectó la presencia de material radioactivo en los 3 contenedores mencionados. Estos contenedores se enviaron entonces a la planta de General Electric en Wilmington (Carolina del Norte, EE.UU.), que fue donde se descubrió que 3 contenedores contenían material radiactivo cuando debían llegar vacíos.

Después de este descontrol, en febrero de 1997, ENUSA detectó un descuadre entre los contenedores registrados informáticamente y los que realmente había en la planta, y en vez de avisar inmediatamente a la Dirección General de Energía como procedía, alteró el registro informático para evitar una sanción, poniendo de manifiesto la temeridad con la que se trabaja en Juzbado y el riesgo para los trabajadores, la población y el medio ambiente.

Este cúmulo de errores con el consiguiente extravío de material radiactivo propició que en julio de 1997 la Dirección General de la Energía le impusiera 5 sanciones por sendos incumplimientos del Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas. Dicha sanción fue recurrida por ENUSA ante la Audiencia Nacional que estimó en parte el recurso, pero ratificó la imposición de 5 sanciones por infracción leve, ya que la Audiencia Nacional, al contrario que la DG Energía no detectó que hubiese riesgo para la población.

Entonces ENUSA recurrió de nuevo, ahora al Tribunal Supremo, que fue quien elevó la cuestión de inconstitucionalidad que ahora se desestima. Ahora, la Administración debe liquidar finalmente las sanciones, que aplicando el importe máximo de las infracciones leves, ascendería a un total de 300.506,05 euros (50 millones de pesetas) según la normativa entonces vigente. Si éstas infracciones se cometieran hoy, con la normativa actual el importe ascendería a 500.000 €.

Tras el análisis del caso, y una lectura pormenorizada de la sentencia, Ecologistas en Acción de Salamanca se felicita de que finalmente, y tras 12 años transcurridos, las infracciones de ENUSA no queden impunes como es costumbre. Para el grupo ecologista es reconfortante ver como los diferentes tribunales avalan las críticas de Ecologistas en Acción a la mala gestión del material radiactivo en Juzbado. Pero también es triste comprobar al riesgo al que se expone la población y el medio ambiente ante una instalación tan peligrosa, necesaria para la industria nuclear.

En 2007 también se comprobó el descontrol de material radiactivo, al encontrarse pastillas de uranio desperdigadas por las inmediaciones de la fábrica de Juzbado sin control ninguno y liberando radiactividad al medio ambiente, a la población local y a los propios trabajadores. A fecha de hoy, se sigue sin conocer las razones de este extravió, ni tampoco dónde están el resto de pastillas de uranio que faltan. La inseguridad y el error humano es algo intrínseco en las instalaciones nucleares, y que pone en serio peligro la salud de las personas y nuestro medio ambiente.