El aforo del salón de actos del Ayuntamiento de Titaguas se quedó pequeño para asistir al acto público organizado el viernes 19 de junio por el Foro Social y donde intervino Robert Rubio, de Andilla, como representante de Ecologistas en Acción de la Serranía.

Rubio hizo un repaso por las diferentes motivaciones que pueden llevar al ayuntamiento a decidir reabrir la instalación minera de la Hoya l'Hacha, además analizó detalladamente la aportación económica que la empresa Caolines la Piedra aseguraba que iba a realizar en Titaguas y demostró que estas aportaciones económicas son del todo exiguas, falsas y que no existe mecanismo legal para controlar la veracidad de los datos aportados por la empresa.

Según afirman fuentes del consistorio, la empresa Caolines la Piedra se comprometió a generar “más o menos cuatro puestos de trabajo” en la mina y a aportar “aproximadamente unos 28.000 € anuales” como consecuencia de la actividad extractiva.

El análisis de estas cifras por parte de Robert Rubio demostró la falta de rigor de la empresa ya que esto significa la extracción únicamente de 2'6 camiones de caolín diarios, según sus palabras “estas cifras son del todo ridículas, son mentira y se trata de una estafa al pueblo de Titaguas i a la Serranía”.

Según estimaciones de Ecologistas en Acción, la actividad de la mina una vez abierta, debe superar la cantidad de 40 camiones diarios, para así poder aproximarse a la producción actual de Caolines la Piedra en el caso de cerrarse la mina la Filomena. Esta mina está ubicada en Andilla y pertenece al mismo grupo comercial, y ha sufrido varios expedientes y denuncias a lo largo de su actividad por irregularidades cometidas contra la ordenación del territorio, la usurpación de caminos y parcelas, y la apertura de viales sin permisos preceptivos entre otros.

Este volumen extractivo estimado supondría la aportación al municipio de más de 80.000 € anuales puesto que la empresa se comprometió a pagar más de 0'16 € por cada tonelada extraída, lo que contrasta con la cifra que ofrece Caolines la Piedra que aportará a las arcas municipales (28.000 € anuales).

La diferencia entre las cifras ofrecidas por la empresa y las reales son por la aplicación del decreto 82/2005, del 22 de abril, del Consell de la Generalitat, de ordenación Ambiental de Explotaciones Mineras en Espacios Forestales de la Comunidad Valenciana, que valora las aportaciones económicas de las explotaciones mineras a los municipios según el Plan de Labores, específico para cada mina, y que estima a la baja el volumen de explotación además de impedir de manera legal el control de las cantidades de mineral extraído.

Este decreto se aprobó por la mayoría absoluta del PP y consiste en una normativa a medida para las empresas mineras, donde únicamente se considera su interés económico por encima de los derechos de los ciudadanos, ya que los serranos son los dueños del recurso y del derecho a decidir su futuro.

Para Rubio es falsa la necesidad de reabrir la mina cuando en todos los municipios de la Serranía se están cerrando las explotaciones existentes debido a dos factores económicos principales: la concentración de la producción en unos pocos grupos inversores que controlan la oferta mundial y la gran crisis del sector de la construcción en las economías occidentales. Por ello la reapertura de esta mina responde a intereses estratégicos de poder en el conjunto de la producción española y de preservar los derechos de explotación de antiguas minas, por lo que es de prever que al poco tiempo de iniciar la explotación esta se cierre por falta de viabilidad económica.

Todos los asistentes negaron la necesidad de la actividad minera en un pueblo volcado con el turismo de fin de semana y con las actividades agropecuarias.

Para Ecologistas en Acción la apertura de esta mina no representa aportación económica significativa para Titaguas, ni solucionará siquiera en parte ninguna de las causas que provocan graves problemas de fijación de población en la comarca. Bien al contrario, supondrá una degradación ambiental que impedirá cualquier actividad futura de turismo, impedirá la posibilidad de optar por un modelo de desarrollo sostenible y generará graves afecciones a la población como son la contaminación ambiental por polvo en suspensión, la contaminación y destrucción de acuíferos, el impacto generado por el tráfico pesado dentro de la población, así como la afección irreversible a la flora y la fauna de la zona, generando graves problemas de salud y eliminando el bienestar ambiental que ahora goza la población.

Esta realidad se puede observar en pueblos como Alpuente con más de 80 explotaciones mineras (entre activas y paralizadas) y cuyo alto nivel de extracción de minerales no ha podido frenar el despoblamiento ni ha supuesto la mejora de servicios para la población.

Según Robert Rubio, “se están llevando el recurso a manos llenas, a precio barato y no nos dejan nada más que residuos mineros. A la serranía sólo le queda el paisaje, la tranquilidad y el exuberante medio ambiente, de abrir esta mina no tendremos ni eso”.
Según Ecologistas en Acción de la Serranía el futuro de la comarca pasa por el mantenimiento de los valores ambientales, el impulso y la adecuación de la actividad industrial sostenible y la explotación de nuevas vías de desarrollo acordes con el medio ambiente que consigan cubrir las necesidades de los habitantes de la comarca sin comprometer los recursos para las generaciones venideras.

Para ello se propone la explotación de minas con otras técnicas extractivas, la investigación en la explotación energética de recursos naturales renovables como el cultivo de colza, la instalación de una planta de aprovechamiento de la biomasa y el reforzamiento de la actividad agrícola y ganadera tradicional adecuada a las técnicas de producción biológicas.

La última parte del acto consistió en la rueda de opiniones de los más de 60 vecinos de Titaguas asistentes a la convocatoria del Foro Social donde todos ellos, sin excepción, mostraron su negativa a la apertura de la mina. También se hizo sentir la necesidad de ir todos a una sin condicionantes políticos para frenar esta agresión a Titaguas.

Uno de los momentos más intensos se vivió cuando Ecologistas en Acción de la Serranía aseguró que trabajará con todos los medios posibles para que esa mina no se reabra nunca.