En la madrugada del domingo 21 de junio, la sede que Ibertrola tiene en Salamanca amaneció redecorada con el típico y simpático sol antinuclear cuya leyenda literalmente rezaba: “Nuclear?, No coño”. A, lado en el traslúcido cristal de la puerta, una mano anónima había plasmado: “Cerremos Garoña”.

A estas alturas desconocemos la identidad de estos artistas incontrolados. La decoración ha coincidido con la reciente visita que el consejero delegado de esta altruista y sostenible entidad, señor Galán, ha efectuado a Salamanca, aunque fuentes solventes dan como poco probable que este señor haya tenido relación directa con la autoría de los grafittis.

No hemos podido contactar con el alto ejecutivo para preguntarle si dicha redecoración de la fachada la considera una catástrofe de mayor o menor magnitud que el cierre de la central atómica de Garoña. Recuérdese que la pasada semana el señor Galán, nativo de estas adehesadas tierras charras, calificó de “catástrofe” el cierre por el gobierno de la central burgalesa.

Tampoco hemos podido pedirle que nos aclare si considera la explosión de la central atómica de Chernobil en 1986 de menor entidad que el cierre de Garoña y si, durante estos 23 años, ha acogido generosamente a leucémicos niños bielorrusos en su humilde finca de Sancti Spíritus en periodo de vacaciones estivales.

En cualquier caso la aparición de estas manifestaciones artísticas, réplica de las ingenuas hojitas multicolores del anagrama de Ibertrola en la fachada de esta ONG, nos parece digna de mención y una muestra más de que los ciudadanos de a pié no están a estas alturas para tragarse como creíbles los cuentos de Calleja.