El pasado junio en plena ZEPA “Campiñas de Sevilla,” fueron hallados los cadáveres envenenados de al menos, siete milanos negros, un cernícalo, un erizo, tres lagartos ocelados y varias culebras. Los hechos se produjeron en el coto de caza menor “El Partido”, que ha sido clausurado cautelarmente hasta la finalización de la investigación policial.

La metodología empleada era la colocación de un gran número de cebos envenenados localizados hasta en cuarenta puntos diferentes y consistentes en huevos y despojos de gallina, colocados incluso, en el interior de madrigueras de conejos. Hasta ellos acudían, atraídos por el olor, las diferentes especies animales, todas protegidas por la ley, y halladas muertas en las inmediaciones de estos lugares. Al parecer, el titular del coto fue detenido y conducido a dependencias policiales con objeto de tomarle declaración.

Ecologistas en Acción considera que los medios humanos para las tareas de vigilancia y control del gran número de cotos existentes en la campiña, así como una adecuada respuesta sancionadora para aquellos que incumplan los planes técnicos de caza o cometan delitos contra el medio ambiente, son esenciales para la buena salud de la biodiversidad de la provincia.

La Junta, a juicio de la organización, tiene el deber de proteger las especies más vulnerables ante los cazadores malintencionados y prestar más atención al cuidado de sus poblaciones, incrementando la vigilancia con más personal de campo y endureciendo las sanciones que los agentes de medio ambiente impongan.

Así mismo, se debe restringir en mayor medida el número de licencias de caza y de cotos por la fuerte presión cinegética existente en la campiña durante todas las épocas del año. Incluso en periodos no hábiles de caza, se practican actividades de adiestramiento de perros que causan molestias directas a la fauna protegida. Pensamos que favorecer otras actividades no agresivas con la vida silvestre, evita conflictos sociales con otros colectivos que solo desean disfrutar del campo y la observación de los animales y plantas que lo pueblan.

Este episodio de envenenamiento masivo viene a sumarse al ocurrido el pasado 4 de julio cerca del municipio de Isla Mayor mediante el cual, fueron envenenadas de forma intencionada, una de las pocas hembras existentes de águila imperial ibérica y sus dos pollos. En este caso, se llevó a cabo con la colocación de un cebo en el cercado de alimentación suplementaria existente en las cercanías del nido y desde el que se suministraba comida a través de técnicos de la Junta a estas rapaces en Peligro crítico de Extinción.

Llama la atención que la Consejería de Medio Ambiente no haya publicado ninguno de estos dos envenenamientos con objeto de informar a la opinión pública de unos hechos tan graves, incluso semanas después de haberse producido. A la ciudadanía le interesa conocer los detalles y la buena marcha de las investigaciones y hay que recordarle que la publicación de esas intervenciones policiales y la seriedad de esas mismas investigaciones, pueden hacer desistir a futuros envenenadores de emplear esas prácticas delictivas. En cambio, hacer como que todo está en orden o que no ocurre nada, puede llevar a pensar a los delincuentes que todo el campo es, o puede llegar a ser, orégano “envenenado”.