La agroecología plantea propuestas de manejo agrario y desarrollo rural basadas en la sostenibilidad social y ecológica, que pueden aportar interesantes vías para superar grandes retos de la humanidad, tales como el cambio climático, el agotamiento de los recursos fósiles y minerales, o el hambre y las migraciones. En la actualidad, las prácticas agroecológicas son cada vez más comunes no solo en los países con poblaciobnes campesinas, sino también en otros territorios como el Estado español.

La actividad agraria ha pasado en España, en la segunda mitad del Siglo XX, de ser la actividad económica principal de las sociedades humanas a ser una actividad residual. Desde 1975 la población activa agraria ha caído desde el 25% hasta el 4% actual, habiéndose perdido en este período más de un millón y medio de empleos en el sector, lo cual viene a ser una violenta reconversión del mismo, que ha generado cambios sociales y culturales profundos relacionados con la urbanización de la población española, que pasó de ser rural en un 75% en 1.900 al 25% actual. Junto a esta dinámica de abandono de la actividad se ha desarrolado un proceso de extensificación productiva en las zonas menos rentables, reduciendo el empleo de mano de obra con la implantación de cultivos subvencionados de comercialización garantizada y precios intervenidos por la UE, lo que ha hecho que los recursos agrarios están en muchas zonas ampliamente infrautilizados.

Sin embargo España es, desde 2009, el país europeo con mayor superficie en cultivo ecológico, y el número de explotaciones certificadas crece a más del 10% anual desde mediados de los años ‘90, lo cual supone una importante oportunidad para el desarrollo rural en estas zonas, con innegables impactos positivos sobre el medio ambiente. El apoyo a la conversión de nuevas explotaciones al cultivo ecológico es una interesante propuesta de creación de riqueza y empleo en estas zonas, a través de usos más intensivos del territorio y de la fuerza de trabajo1, mediante prácticas sostenibles que generan mayor rentabilidad. A su vez, el desarrollo del consumo interno español para los alimentos ecológicos, y especialmente el consumo local en las zonas de producción, es el apoyo complementario para generar modelos agroecológicos de Desarrollo Rural, ligados a Canales Cortos de Comercialización que permitan que el valor añadido de la producción agraria revierta en las pequeñas explotaciones y la población rural, mejorando así las economías rurales en clave de sostenibilidad.

Por todo esto, desde Ecologistas en Acción nos hemos planteado un proyecto de fomento de la producción y el consumo ecológicos en tres de las regiones españolas donde los procesos de extensificación productiva se han dejado sentir en mayor profundidad: Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía. En esta línea, creemos que la reactivación de los recursos agrarios (tierras, acequias, comunidades de regantes, edificaciones agrarias, etc) que han quedado abandonados o infrautilizados en el proceso de industrialización de las producciones agrarias y de desagrarización del medio rural del estado español, pueden ser una interesante propuesta para las debilitadas economías rurales.