El tan denostado y aprovechado políticamente Plan Hidrológico Nacional, cuyas principales infraestructuras suponían la construcción de un inmenso canal de trasvase desde el Ebro hasta las cuencas del sureste peninsular, no ha conseguido pararse totalmente en realidad; de hecho todavía continúan en proyecto un buen número de obras no de tanta envergadura como la mencionada, pero impactantes aún así, aunque a un nivel más localizado. Este es el caso del Proyecto de Regulación del río Almonte (T.M. Trujillo) al que la asociación Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones por considerarlo la peor de las alternativas planteadas para solucionar el posible problema de abastecimiento de la ciudad de Cáceres.

El escrito presentado se refiere en primer lugar al planteamiento de base del proyecto, que no tiene, a juicio de Ecologistas en Acción, fundamentos técnicos de ningun tipo. Se basa en las estimas de necesidades de agua de la ciudad para el horizonte del año 2.057, que calculan unos 400 litros por habitante y día (un incremento del 142% con respecto a la cifra actual), llegándose a unas previsiones totales de 24 millones de metros cúbicos al año, lo que resulta de todo punto sobredimensionado. Además, según los datos del INE y del Ministerio de Educación y Ciencia, las estimas
de población en que se basa el estudio son exageradas, pero les sirven para justificar la necesidad de estas infraestructuras. Este argumento por sí solo es suficiente para desacreditar por completo este proyecto, que supone un derroche de fondos públicos para infraestructuras cuya necesidad es más que dudable.

Sin embargo el documento de alegaciones presentado continúa analizando todos los aspectos ambientales estudiados, la valoración de los impactos previstos y las alternativas al proyecto propuestas y posteriormente desestimadas. Por ejemplo, curiosamente, el estudio menciona que los Riveros del Almonte aún no han sido declarados como ZEPA, cuando en realidad lo fueron en junio de 2003. Al no reconocerse protegida la zona bajo esta figura de protección, los cuadros de valoración de las alternativas analizadas son incorrectos en realidad. Esta estrategia parece utilizarse a la hora de valorar ambientalmente las distintas alternativas, las cuales, cualquiera de ellas, según Ecologistas en Acción, son preferibles a la finalmente seleccionada. Como ejemplo se podría señalar la creación de un azud de unos 5 m. de altura en los ríos Almonte o Tamuja, para llevar desde ahí agua hasta la presa de Guadiloba, con la posibilidad de recrecimiento de dicha presa para prevenir la escasez de agua en verano.

Independientemente de la protección legal del entorno, lo cierto es que los valores botánicos, y sobre todo faunísticos de este territorio son muy destacados, como se ha hecho constar en el escrito de alegaciones, con lo que el impacto de la construcción de un embalse en la zona, se agrava. Pueden mencionarse unas cuarenta especies de mamíferos, destacando la nutria y el tejón, cinco de peces, con la pardilla y el calandino como más destacados, y 163 de aves, siendo utilizada el área prevista para la construcción del embalse por algunas de las especies más valiosas de nuestra avifauna; entre otras, el águila imperial ibérica, el águila perdicera y la cigüeña negra, con varios nidos en el entorno que se perderían con el embalse.

Sin embargo, la principal propuesta que hace Ecologistas en Acción en este escrito de alegaciones, es una nueva alternativa al proyecto en cuestión, no contemplada en él; sería (literalmente) “la puesta en marcha de un proyecto integral destinado a gestionar la demanda y a promover el ahorro y la eficiencia en el uso del agua, evitando las pérdidas y despilfarros injustificados”. En este sentido, la asociación destaca que el Canal de Isabel II, reconoce unas pérdidas en la red de abastecimiento del 30%, lo cual es absolutamente imprescindible corregir. Estas actuaciones conjuntamente con la sensibilización en el ahorro, con la reutilización de las aguas residuales depuradas en el riego de parques y jardines (o en otros usos), con el diseño adecuado de éstos, desterrando especies despilfarradoras como los céspedes ingleses, y con multitud de técnicas y estrategias modernas en estos aspectos, conseguirían gestionar adecuadamente un recurso valioso, pero suficiente en opinión de Ecologistas en Acción.