Ante la impresentable actuación de su concejalía en el tema de la tala masiva de arbolado urbano en la urbanización El Tomillar, la concejala de Medio Ambiente, en vez dimitir por haberla autorizado y apoyado, ahora se descuelga asegurando que ella no ha autorizado esta tala y que va a haber una “sustitución sostenible” del arbolado.

La sra. Beatriz Fuentes remitió un escrito en noviembre del año pasado al concejal de Mantenimiento Urbano apoyando el informe del técnico Arturo Garrido para que se procediera a la tala del arbolado de la urbanización El Tomillar. Como no solemos mentir –los responsables municipales en los casos de las recientes talas de arbolado urbano han mentido mucho y mal-, adjuntamos la autorización firmada por la sra. Fuentes de su puño y letra. En este escrito autoriza la “sustitución sostenible”, que según ella es talar para volver a plantar. Además no especifica el número a talar, porque la concejalía Mantenimiento urbano decidió talarlos todos. Si la sra. Fuentes no ha autorizado esta tala ¿por qué no la paralizó? ¿Por qué no abrió un expediente sancionador contra los responsables de la tala? ¿Es que los responsables públicos tienen impunidad ante las infracciones contra el medio ambiente? Si autorizó el trasplante, ¿donde se han trasplantado los árboles? Si se iban a sustituir, ¿por qué se han cegado los alcorques?.

Miembros de Ecologistas en Acción han realizado en el día de ayer un exhaustivo recorrido por la urbanización El Tomillar y podemos asegurar que no se ha replantado ni un solo árbol en ninguna de las calles y bulevares donde se han talado los 327 árboles con el beneplácito de la concejalía de Medio Ambiente.

Ecologistas en Acción de El Puerto de Santa María lamenta que de nuevo la concejalía de Medio Ambiente solo sirva para justificar desafueros ecológicos, no teniendo ni intención ni capacidad de actuación para defender nuestro patrimonio natural, en este caso, el arbolado urbano de la ciudad. Para esto, pensamos que es mejor disolverla y nos ahorraríamos sueldos y gastos superfluos, máxime en estos tiempos de restricciones presupuestarias.