Ecologistas en Acción manifiesta que el proceso de construcción del ATC está a punto de fracasar por los conflictos políticos y sociales que levanta. No se puede pedir a ninguna población que reciba el ATC y asuma los riesgos sin explicar cuantos residuos se van a almacenar y por cuanto tiempo. La población de la comarca de Ascó manifiesta una y otra vez su oposición.

El municipio de Ascó (Tarragona), como era de esperar, acaba de votar que acepta el ATC con siete votos a favor y dos en contra. Esto hace que en la actualidad tengamos ya existan dos candidatos para albergar el ATC. Sin embargo, según Francisco Castejón, esto no garantiza el éxito de la convocatoria del Gobierno. Los conflictos políticos y sociales que se han producido pueden dar al traste con este nuevo intento de ubicar esta peligrosa instalación.

La sociedad de la comarca de Ascó se une a las poblaciones que han demostrado su oposición al ATC. La disposición del alcalde a recibir el almacén no es suficiente para garantizar el consenso social a favor. Al contrario, se acaba de escenificar la oposición. Los propios partidos políticos mayoritarios (PSOE; PP; CiU) están divididos escenificando la dificultad de tomar esta decisión.

Según Francisco Castejón, los conflictos sociales, políticos y económicos que aparecen en torno al ATC tiene que ver con los riesgos de esta instalación, con los numerosos transportes necesarios y con la incertidumbre sobre el destino de los residuos de alta actividad tras los 60 años de vida del ATC. Estamos ante sustancias que son peligrosas durante cientos de miles de años y nadie puede garantizar que las instalaciones que se fabriquen van a resistir toda su vida.

La única forma de conseguir un consenso social sobre la gestión de los residuos es establecer un calendario de cierre de centrales nucleares, de tal forma que las poblaciones sepan a qué atenerse y no den cheques en blanco mediante la construcción del ATC.