Ecologistas en Acción ha finalizado la tercera edición del proyecto «Restauración y Valorización del Cinca», iniciativa que cuenta con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino dentro del Programa de Voluntariado Ambiental en Ríos. Casi todos los sábados del último trimestre (excepto los de lluvia), los voluntarios se han reunido en el Centro de Interpretación del Cinca «Pinzana» ubicado en el Parque de los Sotos y se han repartido los trabajos de análisis del agua y control de caudales, estudio del deterioro del bosque de ribera, mantenimiento del arbolado y el mobiliario del entorno del Centro e instalación de carteles indicadores, entre otros.

Por lo que respecta al estado del agua se toman muestras en seis estaciones del tramo medio del río, se ha constatado que la calidad es «relativamente buena» a pesar de la variedad de impactos negativos como aguas fecales, falta de caudales de mantenimiento y deterioro del bosque de ribera y las motas de las orillas.

El mayor problema, según Ecologistas en Acción, lo constituyen los dos tramos sin caudales de mantenimiento: los 6 kilómetros entre la presa de El Grado y la central eléctrica El Grado II y los 17 kilómetros entre el azud de El Ciego y la central eléctrica de Ariéstolas. Álex Serrano, portavoz de Ecologistas en Acción Cinca, señala: «El régimen de caudales circulante está muy por debajo de las necesidades del ecosistema, es decir, no se da cumplimiento a la Directiva de Aguas. Los datos recogidos demuestran que los índices de presencia de macroinvertebrados acuáticos son menores. Estos registros actúan como bioindicadores de los ecosistemas acuáticos y delatan la peor calidad de las aguas y la mayor afección a la vegetación ribereña y al funcionamiento de la dinámica fluvial del río».

El estudio del deterioro del bosque de ribera arroja que entre El Grado y Pomar hay más de 100 hectáreas con graves afecciones debidas a las actividades del hombre. La extracción de caudales y de áridos y la construcción de embalses son las primeras causas del deterioro. Como los fenómenos de encajado y descenso del freático parecen irreversibles, a no ser que volvieran a circular caudales sólidos –lo que no es posible al haber grandes presas aguas arriba–, se ha llegado a la conclusión de que las zonas afectadas evolucionarán hacia matorrales mediterráneos, lo que ya es evidente en algunas superficies del soto de la Pinzana».

Las actividades más «entretenidas» y satisfactorias han consistido en el riego de los 300 árboles plantados en la campaña anterior, el acondicionamiento de un centenar de alcorques, la consolidación de los vallados, la colocación de brezo en el observatorio de aves del galacho de la Pinzana y la instalación de dos paneles informativos, uno que versa sobre las barcas que cruzaban el Cinca hasta mediados del siglo XX y otra, sobre las especies de aves que frecuentan el soto en el que se enclava el Centro de Interpretación. En primavera, con o sin respaldo ministerial, la gente de Ecologistas en Acción seguirá trabajando para que el Cinca sea «más natural» y los ciudadanos conozcan la corriente «fuente de vida».