Ecologistas en Acción considera lamentable que la positiva iniciativa de “Acción Fruta Urbana”, recientemente abortada por el Consistorio, no sea posible en una ciudad que siempre contó con gran cantidad de huertos urbanos. Estos huertos son una dotación común en muchas ciudades europeas, y en todas ellas tienen un gran éxito y buena acogida por parte de la población.

Ecologistas en Acción se lamenta de que la ciudad de Madrid no tenga huertos urbanos, donde perfectamente podrían tener lugar iniciativas como las que plantea Acción Fruta Urbana. Como se recordará, el colectivo de activistas de Los Ángeles Fallen Fruit iba a plantar 60 frutales por las cercanías del Matadero, para que los ciudadanos pudiesen aprovechar su fruta gratis, pero la acción fue cancelada por no cumplir los requisitos legales necesarios.

Efectivamente, Madrid es una de las pocas ciudades europeas que no cuenta con zonas de cultivo ecológico para que los ciudadanos puedan cultivar directamente sus verduras y frutales. Sin embargo, la capital siempre ha tenido huertas y huertos de frutales. De hecho, había cerca de 300 hectáreas hasta mediados de los años cincuenta del pasado siglo, por tanto es una tradición madrileña, que se ha perdido por el desarrollismo de las últimas décadas.

Además, Madrid es una ciudad que necesita repensar sus parques públicos, llenos de insostenibles praderas de césped, por otro tipo de jardinería en la que los huertos tendrían cabida y jugarían un importante papel.

Sin embargo no es esta la línea que sigue el Gobierno municipal, que por el contrario está ajardinando Madrid-Río con más de lo mismo. Una jardinería insostenible que no contempla ni un solo metro cuadrado de huertas urbanas. Llenarán la ribera del Manzanares de pinos, praderas e infraestructuras de ocio pasivo, sin permitir que jubilados, parados o niños puedan disfrutar del contacto con la tierra y cultivar sus hortalizas.

Ecologistas en Acción piensa que en el actual contexto de gestión de la jardinería publica madrileña una actividad tan sensata como la iniciativa “Fallen Fruit” se convierte en algo impensable y provocador. Pero lo único que hacía era poner el dedo en la insostenible gestión de las zonas verdes del Ayuntamiento de Madrid.