Los días 20 y 21 de octubre se celebró en Barcelona la 7ª Conferencia Internacional de ASPO, la asociación que estudia la llegada al cenit de la producción mundial del petróleo y el gas. Para los expertos reunidos, cada vez es más claro este límite en la disponibilidad de crudo, así como su relación con la crisis financiera y económica.

El nutrido grupo de geólogos, científicos, geofísicos, ingenieros del petróleo y demás expertos de ASPO que en la actualidad analizan la situación de la producción y las reservas mundiales de petróleo, apenas eran un reducido grupo en el año 2000. Aquel año Colin Campbell y Jean Laherrere, geólogos inglés y francés, respectivamente, crearon esta asociación sin ánimo de lucro, después de haber publicado su primer artículo sobre el tema en 1998, “El fin del petróleo barato”, en Investigación y Ciencia, que fue el primer aldabonazo sobre este peligro que se cierne sobre la humanidad.

Hoy ningún experto que se precie niega la próxima llegada a la producción mundial máxima o techo de petróleo –y poco después de gas natural– para seguir después un declive irreversible. Aunque éste sigue siendo un tema bastante tabú para la mayoría de los gobiernos, que no aciertan a promover políticas para enfrentar este tremendo reto para la humanidad. Es por ello que hay que agradecer a varias entidades del Gobierno de la Generalitat de Cataluña, señaladamente el Instituto Catalán de la Energía, el Consejo Asesor para el Desarrollo Sostenible de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, entre otros, que hayan apoyado institucionalmente la celebración de esta Conferencia Internacional. E incluso que hayan incluido el concepto del cenit del petróleo en sus planes sobre energía para Cataluña.

Un hecho inocultable

El hecho comienza a ser inocultable, aunque da pavor a muchas empresas grandes del petróleo y a los gobiernos del mundo, que no saben bien como tratar este espinoso asunto. En Internet, son ya cerca de 5 millones de temas los publicados sobre este asunto (Peak Oil), cuando era cosa de pequeños círculos de expertos hace apenas una década. Hay cada vez más miembros de la clase política que comienzan a hablar de la necesidad de afrontar este asunto cuanto antes y de forma drástica. Uno de los ponentes, por ejemplo, fue Edward Schreyer, exgobernador general de Canadá, quien ilustró sobre los problemas del petróleo y el gas en Norteamérica. La mitad del consumo de petróleo en Canadá proviene del extraído de las arenas asfálticas de Athabasca, ya que su crudo convencional está declinando de forma considerable.

Las más de 200 personas que provenientes de todas partes del mundo se reunieron en Barcelona, pudieron escuchar hasta 25 ponencias sobre diversos aspectos del agotamiento del petróleo y el gas natural, así como las repercusiones sociales, económicas y geoestratégicas que este hecho tendrá pronto o está teniendo ya para la humanidad. También hubo interesantes aportaciones sobre soluciones locales y propuestas de reemplazo del petróleo y del gas.

Durante la Conferencia tuvimos oportunidad de recordar las palabras del ex secretario de Energía de EE UU en tiempos de Carter, Arthur Schlesinger, en las que reconoció que los analistas del cenit del petróleo podían cantar victoria pues el mundo se enfrentaría en menos de 10 años a una situación de dramáticas consecuencias por este hecho. Tanto Colin Campbell, como Kjell Aleklett, presidentes honorario y actual de ASPO respectivamente, volvieron a señalar su convicción de que estamos básicamente ya en el máximo de la producción mundial del petróleo denominado “regular convencional” y que sólo la desesperada extracción de petróleos alternativos y más costosos (petróleo polar, de aguas profundas a más de 500 metros bajo lámina de agua, petróleos pesados extraídos por minería más que por perforación, o productos combustibles licuados del gas natural) están pudiendo evitar la inevitable caída, que sólo será retrasada por estos productos colaterales un puñado de años.

Hubo profesores de universidades españolas y centros de investigación, que junto con el famoso Jean Laherrere y Jean-Luc Wingert, de ASPO Francia, mostraron sus análisis sobre modelos matemáticos que predicen la llegada al cenit y sus modalidades de caída posterior, en función de diversas consideraciones socioeconómicas, coincidiendo básicamente en que estamos sobre el cenit, hablando en términos históricos. Jean añadió que Colin Campbell había ya predicho la crisis financiera hace varios años como anticipo visible del cenit del petróleo.

Más argumentos, más urgencia de actuar

Mariano Marzo, profesor de la Universidad de Barcelona, mostró la extrema (absoluta) dependencia de España del petróleo y sobre todo, del gas natural, así como las fortalezas (y debilidades) de ser una potencia mundial en transporte de gas licuado para alimentar al país.

Luis de Sousa, que publica en la famosa revista The Oil Drum, comentó que el cenit de las exportaciones de petróleo antecede al de la producción, y ya llevamos varios años con cada vez menos exportaciones. Muchos países productores y exportadores están aumentando su consumo interno más rápidamente que su producción (si es que ésta no está ya en declive) y eso acelera la disminución de las exportaciones.

El editor consultivo de la revista Petroleum Review, Chris Skrebowski, incidió en que encontramos un barril nuevo por cada tres barriles que consumimos; que de los 120 mayores campos del mundo, ya hay como mínimo 44 en declive y las tasas de este declive eran del orden del 6% anual, aunque el reciente colapso financiero puede agravar esta caída por falta de recursos tecnológicos y de inversión. Su análisis de las producciones y de cuando entrarán en declive es diferente del geológico. Chris analiza los grandes proyectos en marcha en todo el mundo, para concluir que desde el punto de vista técnico el cenit puede llegar antes del 2013. Y duda que las mejoras tecnológicas puedan hacer mucho al respecto, cuando informó que de los 160 campos petrolíferos analizados por sus aplicaciones para mejorar las técnicas de recuperación del petróleo bajo tierra, sólo uno de ellos (Forties Field, en el Mar del Norte), consiguió una mejora significativa de la producción, después de invertir en él mil millones de dólares.

Dos intervenciones cerraron el primer día. El profesor Ugo Bardi de la Universidad de Florencia, hizo una interesante exposición sobre la energía creciente que cuesta extraer determinados recursos de la tierra a medida que se van agotando. Por su parte, Marcel Coderch, del Consejo Asesor para el Desarrollo Sostenible de Cataluña, explicó las dificultades para un nuevo desarrollo (renacimiento) de la industria nuclear desde el punto de vista exclusivamente económico –utilizando sólo datos de la propia industria nuclear–. Para Coderch, un plan para el desarrollo de esta industria podría ser un sumidero de recursos, en vez de un generador de energía nueva. Y es que pasarían, en el mejor de los casos, unas tres décadas –que no tenemos– para prestar la energía que se supone que las nucleares sustituirían.

El segundo día, Luca Barillaro, un agente de bolsa, explicó los mecanismos de especulación bursátil con el petróleo. Entre otros muchos, expuso cómo se pueden manejar más de medio millón de contratos diariamente (sólo en el NYMEX unos 300.000) a un promedio de unos 1.000 barriles por contrato, lo que da un movimiento especulativo de unos 550 millones de barriles negociados diariamente, mientras la realidad física es de 86 millones de barriles. Y de cómo se puede llegar a comprar los mismos con apenas un 10% de su valor de mercado, mostrando finalmente que la especulación intensiva es sólo el síntoma de algo más en el fondo.

Charles Hall, profesor de la Universidad del Estado de Nueva York y uno de los mayores expertos mundiales en el estudio de energías netas, explicó sus modelos biofísicos de la economía y su famoso diagrama de globos de las diferentes energías, relacionando perfectamente el colapso financiero con el energético y la disminución evidente de los flujos netos energéticos hacia la sociedad.

Jérôme Guillet, director de Energía de Dexia, y Richard Meyer, responsable de análisis técnicos de la empresa EPURON, explicaron, respectivamente, sus puntos de vista sobre la viabilidad de las granjas eólicas creadas con proyectos sin recursos financieros o garantías y las posibilidades de la energía solar termoeléctrica, ofreciendo numerosos e interesantes datos. José Luis García, en representación de Greenpeace, realizó un resumen de los estudios llevados a cabo por la Universidad de Comillas a petición de Greenpeace, que muestran que España podría satisfacer sus necesidades eléctricas varias veces usando sólo energías renovables. Por su parte, Pedro Prieto, vicepresidente de AEREN, dio el contrapunto a Guillet, Meyer y García, poniendo en duda que las renovables puedan ser capaces de cerrar el hueco que van a ir dejando las energías fósiles en su previsible y próximo declive.

Mario Giampietro, de la Universidad Autónoma de Barcelona dio un severo repaso a los biocombustibles, mostrando sus bajísimas eficiencias netas en el aporte energético teórico y los problemas de ocupación de tierras y exigencia de recursos. Otros ponentes abordaron temas como un proyecto de autoabastecimiento energético eléctrico de la isla de El Hierro o los modelos urbanísticos deseables para hacer frente a las crisis venideras.

En definitiva, una Conferencia para guardar en la memoria, cuyas presentaciones están a disposición del público (de momento, en inglés, aunque se están traduciendo al castellano) en www.aspo-spain.org/aspo7/presentaciones.html. Un buen espacio para la reflexión sobre lo que se avecina.

Pedro Prieto, editor de crisisenergetica.org . El Ecologista nº 59.