Un residuo particularmente contaminante es el que procede del consumo doméstico de aceites vegetales, que una vez utilizados suelen acabar en la red de alcantarillado, contaminando las aguas subterráneas, fluviales y marinas. Además, es importante saber que el aceite y las grasas son uno de los principales problemas de las depuradoras de aguas residuales, en las que provoca un mal funcionamiento y unos elevados costes de mantenimiento. Lo que les faltaba a nuestras escasas, ineficientes y carísimas instalaciones de depuración.

Leticia Baselga, Ecologistas en Acción. El Ecologista nº 55

Sin embargo, el aceite vegetal usado es un residuo muy fácil de valorizar. Tradicionalmente se ha utilizado para hacer jabón (ver www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article292), pero también sirve como biocombustible tras un sencillo proceso que incluso se puede hacer de forma casera. Ambos aprovechamientos son muy recomendables, son baratos, facilitan la depuración de las aguas residuales y ayudan a proteger el medio ambiente.

La empresa Formulados Compalsa Aceites y Grasas S.L., dedicada al reciclaje del aceite de cocina, estima la generación de aceite usado en unos 20 litros anuales por familia media de cuatro miembros, es decir un total de 220 millones de litros al año. Una cantidad nada despreciable cuyo reciclaje y valorización podría ayudar a combatir el cambio climático en nuestro país.

Conscientes de que es urgente encontrar soluciones sostenibles, últimamente no son pocos los municipios y mancomunidades de todas las CC AA que están poniendo en marcha sistemas de recogida selectiva de este residuo tan problemático. ¡Pide a tu ayuntamiento que también lo haga!

Recogida de aceite en El Viso del Alcor

Un ejemplo de esta situación es lo que ocurre en la localidad sevillana de El Viso del Alcor (18.000 habitantes). Sin contar con más apoyo del Ayuntamiento que el préstamo de dos contenedores metálicos, el colectivo ecopacifista Solano lleva seis años recogiendo el aceite de cocina usado. Esta recogida ha tenido desde el principio una excelente acogida en el pueblo y sirve como acción permanente de voluntariado para intentar inculcar el compromiso personal en la solución de los problemas sociales y ambientales.

Actualmente hay instalados dos contenedores en la calle. Los vecinos depositan el aceite en envases de todo tipo, desde botellas de plástico de agua hasta briks, y se recogen de 75 a 100 litros por semana. Pero también hay personas que acuden a estos contenedores a coger aceite para diversos usos, principalmente para hacer jabón y también como complemento en la alimentación de algunos animales. De este modo, los contendores de aceite se han convertido en un curioso servicio público.

El encargado de la recogida, Diego Muñoz, concluye: “A través del desarrollo de esta actividad, nuestro colectivo demuestra día a día, sobre todo a las autoridades, que para resolver muchos problemas medioambientales, y esto es válido tanto a escala local como global, no hacen falta grandes proyectos ni complicadas infraestructuras, sino más bien un poco de buena voluntad por parte de todos”.