Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra denuncian que el nuevo Plan
Andaluz de Residuos No Peligrosos no reducirá las emisiones de CO2.

La implantación en Andalucía de 10 plantas incineradoras, las mismas que
existen actualmente en el territorio español para la gestión de residuos
urbanos, nos alejará de los objetivos planteados por la Junta de
Andalucía para la reducción de emisiones de CO2.

El 16 de Junio de 2010, en las Jornadas Europeas de Gestión de Residuos
celebradas en Sevilla, se presentaron los objetivos y estrategias a
seguir en el nuevo Plan Director Territorial Andaluz de Residuos No
Peligrosos 2010-2019, pendiente de publicación en BOJA. Dicho plan se ha
presentado como una nueva herramienta de gestión que contribuirá a
reducir las emisiones de CO2 que genera nuestra Comunidad Autónoma.

El principio rector del plan, que emana de la Nueva Directiva Marco de
Residuos Europea, incide en la prioridad de la reducción de la
generación de residuos y la mejora de la gestión del actual modelo de
reciclaje y la promoción de la reutilización.

Sin embargo, una de las medidas del plan es la construcción de 10
plantas de incineración en Andalucía, mal denominadas de “valorización
energética”, que reducirán a cenizas la ya ingente cantidad de residuos
que queman las cementeras en nuestra Comunidad Autónoma y que no son
gestionados por los Sistemas Integrados de Gestión, que pagamos toda la
ciudadanía.

Estas instalaciones, por muy controladas y tecnificadas que sean
producen problemas ambientales y de salud al emitir gases de efecto
invernadero y compuestos contaminantes y potencialmente cancerígenos
como dioxinas, furanos, NOx, SOx, etc.

Por otro lado, agotan los recursos financieros disponibles para
alternativas de reducción, reutilización y reciclado dificultando la
prevención o reducción y los enfoques racionales de gestión de residuos.

En definitiva, las incineradoras agudizan los problemas que pretenden
resolver, incitando al incremento continuo de las basuras para ser
usadas como combustible. Ni siquiera es válido el argumento de
recuperación de energía, ya que ésta no supone más que la sexta parte de
la que fue necesaria para fabricar los recursos que se han incinerado en
el flujo de residuos.

La construcción de estas incineradoras, a las que la ley obliga a
generar algo de electricidad, colocaría a Andalucía en la primera
Comunidad Autónoma en número de incineradoras en su territorio.

Desde Ecologistas en Acción de Andalucía y Amigos de la Tierra,
reivindicamos la puesta en marcha de planes de prevención eficaces, bien
planificados y dotados de suficiente presupuesto que implanten medidas
para reducir la cantidad de residuos que se generan, que mejoren los
sistemas integrados de gestión que no funcionan en muchos casos y que se
construyan más plantas de recuperación, clasificación y reciclaje, para
alcanzar los objetivos de la Directiva y el nuevo Plan.

Además, ambas organizaciones ecologistas exigen que no se contemple la
incineración como una opción de tratamiento y, por tanto, que no se
contemple la construcción de estas plantas en el nuevo plan, para así
contribuir realmente a la lucha contra el cambio climático y la
problemática de los residuos.