El 20 de marzo se cumplirá un año de la invasión de Iraq por los ejércitos de Estados Unidos y Reino Unido con la complicidad vergonzante del gobierno español. Un año de violación de la legalidad internacional por los gobiernos invasores y cómplices ignorando el clamor e indignación popular de millones de ciudadanos y ciudadanas del mundo entero, que mostramos nuestro rechazo a una guerra inmoral, ilegal y denigrante para todos. El aniversario coincide en nuestro país con las secuelas de un salvaje ataque que ha ocasionado doscientos muertos y más de mil quinientos heridos y que ha provocado también el rechazo sin precedentes de millones de ciudadanos y ciudadanas que hemos mostrado nuestra repulsa al terrorismo, nuestra solidaridad con las víctimas y sus familiares y hemos reclamado la paz.

Las millones de voces que hace un año nos opusimos a la invasión teníamos razón. Así lo han entendido el Foro Social Europeo reunido en París, y el Foro Social Mundial reunido en Mumbay, al convocar nuevas movilizaciones en todo el mundo.

Las organizaciones que secundamos dicha iniciativa, participamos unitariamente e impulsamos las nuevas movilizaciones del 20 de Marzo por las mismas razones que nos animaron hace un año y que esta guerra inacabada y la actual ocupación de Iraq sólo han agravado.

Un año después, la ONU ha ratificado que Iraq no disponía de las famosas armas de destrucción masiva desde 1994. Esto es: Nunca existieron armas de destrucción masiva durante los años de gestación del conflicto armado. Y sin embargo, han continuado mintiendo; gracias a ello hoy el mundo es menos democrático, menos seguro y menos justo.

Un año después y con la democracia herida, resulta imprescindible restituir de inmediato la legalidad internacional. Es ineludible que el pueblo Iraquí pueda recuperar su soberanía asegurando con unas instituciones democráticas y las libertades necesarias la convocatoria de elecciones libres y el respeto a los derechos humanos fundamentales.

Un año después se ha legitimado la injusticia. Por ello resulta imprescindible y urgente encontrar una solución de paz para Oriente Medio, desmantelar el muro del apartheid Palestino e imponer a Israel las inequívocas resoluciones de la ONU. La guerra en Iraq sólo ha llevado a una peligrosísima agudización de la actual crisis internacional, avalando la impunidad del Gobierno de Sharon.

También en Chechenia continúa desplegándose una política de exterminio por parte de Moscú con el beneplácito cómplice de Occidente.

Un año después, el mundo es menos seguro. Los brutales atentados del jueves 11 en Madrid nos sitúan ante la dura realidad de una violencia indiscriminada, injustificada e irracional dirigida hacia el asesinato aleatorio de civiles. Cualquier causa se vuelve indigna en manos de quien niega el derecho de los demás, el de la vida más que ningún otro, para hacer valer el suyo. Para defender con dignidad un derecho hay que aprender a respetar los ajenos. Las organizaciones que suscribimos este manifiesto nos solidarizamos en primer lugar con las víctimas y familiares de las mismas y con todo el pueblo de Madrid, al tiempo que repudiamos y nos movilizamos también contra el terror y contra la ruptura de la convivencia democrática.

No parece posible librarse de guerras y terrorismos sin una clara determinación: El camino hacia la paz solo es posible si va de la mano de una justicia capaz de enfrentarse con rigor a la realidad mundial: la persistencia del hambre y la pobreza extrema, el deterioro medioambiental y la degradación de los derechos humanos son las verdaderas armas de destrucción masiva. No es posible un mundo más seguro sin que este sea más justo y solidario. Asimismo, en este camino no hay cabida para la violencia. La violencia sólo engendra más violencia, como trágicamente hemos visto en Madrid.

En definitiva, hoy es más urgente que nunca reconstruir políticas multilaterales y reformar las instituciones internacionales para hacerlas más justas y eficaces.

Nos avergonzó la posición del Gobierno Español que se colocó en el lado de los belicistas. Nos avergonzó que aceptase y apoyase las explicaciones de la Administración Bush sobre el asesinato de José Couso. Nos avergonzó el unilateralismo del que el Gobierno hizo gala, basado en la mentira y en la fuerza y en contra del sentir pacífico, sensato y maduro de la mayoría de los ciudadanos. Un Gobierno que utilizó reiteradamente la mentira para justificar sus errores y su decisiones más sospechosas ha tenido que rendir cuentas ante una población que estos días, como hace un año, ha dado muestras de su valor cívico.

Consideramos una obligación moral no aceptar que la lucha antiterrorista se utilice cómo cortina de humo y pretexto para una merma efectiva de las libertades civiles deteriorando peligrosamente la democracia, fomentando el miedo y la censura manipulando la información, criminalizando cualquier tipo de cultura y pensamiento que no esté al servicio de los manipuladores y violando regular e impunemente la declaración universal de los derechos humanos con la legalización de ejecuciones extrajudiciales o el mantenimiento del vergonzoso limbo legal de Guantánamo.

Del mismo modo, queremos hacer un llamamiento por la construcción de sociedades interculturales y contra los fenómenos racistas que, a buen seguro, tratarán de imponerse bajo la excusa de los atentados de Madrid.

Por todo ello, queremos hacer un llamamiento para que los ciudadanos y ciudadanas, participen activamente en las movilizaciones que el 20 de marzo se celebrarán en la mayoría de las ciudades del Estado español, coincidiendo con las convocadas en cientos de ciudades del mundo entero, expresando nuestro rechazo e indignación frente al terrorismo y las guerras. Contra la violencia política como forma de resolver los complejos conflictos que atraviesan nuestras sociedades. Por la paz.

- Por la paz

- Por el fin de la ocupación

- Contra el terrorismo

- Por la retirada de las tropas españolas de Iraq