La plataforma “Salvem lo Territori”, en la que está incluida Ecologistas en Acción, solicita al alcalde de Serós que garantice públicamente que el vertedero de residuos industriales proyectado en el municipio, a unos 5 km de la futura térmica de Mequinenza, no va a acoger las cenizas tóxicas que se producirán con la quema de carbón de la central. Así mismo pide aclaraciones a los gobiernos catalán y aragonés sobre la clasificación, tóxica o no tóxica, que van a dar a las cenizas de la térmica y del lugar donde van a ser almacenadas.

Uno de los problemas que va a generar la central térmica que va a construirse en Mequinenza, central recientemente autorizada por el Gobierno de Aragón, es el destino que va a darse a las cenizas que se producirán con la quema del carbón que alimentará a la térmica. La aparición a la luz pública, el pasado mes de enero, de un proyecto de vertedero industrial, eufemísticamente llamado “Depósito Controlado para Residuos No Especiales”, en el vecino municipio de Serós (Lleida) y a unos 5 km de la futura central, hace sospechar que será este el lugar a donde irán a parar las cenizas de la central, sospecha que se ve acentuada por la opacidad con la que se lleva a cabo la tramitación del proyecto.

Aunque los promotores de la central térmica han querido obviar el problema hay fundadas sospechas del carácter tóxico que tendrán las cenizas resultantes de la combustión del lignito. Por un lado no está claro el contenido de metales pesados que tendrá el combustible, una mezcla de carbón de escombrera y carbón de mina, y por otro lado se sospecha que los procesos de combustión generarán cantidades excesivas de furanos y dioxinas, productos altamente tóxicos.

El previsible carácter tóxico de las cenizas fue precisamente uno de los puntos criticados por el informe que, a petición de la Diputación de Lleida, elaboró el Instituto Químico de Sarrià (I.Q.S.) sobre la térmica de Mequinenza en mayo del 2009. Además de alertar sobre las excesivas emisiones de óxidos de azufre que tendría la térmica, el informe del Instituto Químico de Sarrià estimaba que, con los parámetros físicos contemplados en el proyecto, la quema del carbón de Mequinenza produciría un exceso de las citadas moléculas, furanos y dioxinas, y que, por tanto, las cenizas generadas deberían ser catalogadas como residuos industriales peligrosos, aspecto nunca reconocido por los promotores de la térmica y por los órganos administrativos aragoneses que autorizaron la térmica, posiblemente porque el Gobierno de Aragón nunca aceptó, pese a solicitarse expresamente, la incorporación del informe del Instituto Químico de Sarrià al expediente administrativo de la térmica.

Se resalta el hecho de que una de las excusas que se ha dado para justificar el proyecto de térmica en Mequinenza ha sido la necesidad de deshacerse de las escombreras de carbón que se han ido acumulando a lo largo de los años de explotación minera. Por ello resultaría paradójico que el resultado de “valorizar”, o “reciclar”, las escombreras diera lugar a la formación de depósitos de cenizas tóxicas, cambiando escombreras por “ceniceras”, y a una alta emisión de gases tóxicos y de CO2 , gas que calienta el clima.

Por todo ello miembros de la plataforma “Salvem lo Territori” han solicitado al Departamento Catalán de Medio Ambiente y al gobierno aragonés que aclaren cuál va a ser la categoría con la que va ser catalogado el residuo industrial, tóxico o no tóxico, el lugar donde va a ser almacenado y, en particular, si ese sitio va a ser el vertedero proyectado en Serós. Así mismo han solicitado al alcalde de Serós, en particular, que aclare públicamente si el vertedero, o depósito, proyectado en el municipio va a acoger o no a las cenizas de la térmica de Mequinenza y que, de no ser así, lo garantice desde el punto de vista administrativo.