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Un tramo de la Playa Virgen del Parque Nacional de Doñana

Las pretensiones de los alcaldes de Almonte (Huelva) y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), de conseguir una línea de autobuses todoterrenos (una propuesta de conexión que parte de ambos) que puedan circular por las playas de Doñana, para conectar ambas localidades, además de ser ilegal en aplicación de la Ley de Costas, va en contra de las propias normativas del Parque Nacional (Plan Rector de Uso y Gestión –PRUG- y Plan de Ordenación de los Recursos Naturales –PORN-), supondría de llevarse a cabo, sumar un impacto negativo más a la precaria situación de este Espacio Natural.

Los 32 kilómetros de costa virgen, existentes entre Matalascañas y la desembocadura del Guadalquivir, frente a Sanlúcar de Barrameda, además de tener el valor de ser casi los únicos de todo el litoral español, que permanecen así, constituyen una parte esencial del ecosistema dunar de Doñana, desde donde surgen las arenas que alimentan a las dunas móviles, condicionadoras éstas de gran parte del funcionamiento ecológico de la propia Doñana.

Por dicho litoral, tal como reconoce, tanto por la administración del Parque, como por los propios alcaldes, y sin que se haga nada por evitarlo, circulan ya un número importante e indeterminado de vehículos diarios, que entre los propios de las visitas que gestiona la empresa concesionaria Cooperativa Marismas del Rocío, la de los coquineros, los de la vigilancia, los ocasionales autorizados, etc…, asemejan en ocasiones a dicho espacio más con una “autovía”, que con una playa en el interior de un Parque Nacional.

Si ahora le sumamos los 10 viajes diarios que pretenden con esta línea de autobuses interurbanos, los impactos serían ya inasumibles y todo un escándalo.

Nada más que hay que ver, las huellas constantes de rodadas de vehículos, en lo que debería ser una playa virgen, las continuas molestias a las que se someten a las bandadas de aves limícolas que se posan en sus orillas, o la apreciable erosión en el perfil de playa, para exigir que en el futuro Plan de Uso Público, se contemple una drástica reducción de los vehículos que puedan circular, y en ningún caso permitir nuevas autorizaciones, y menos las que remeden una línea de autobuses interurbanos.

Ecologistas en Acción de Andalucía, se opondrá en los órganos de participación en los que está representado, a estas nuevas autorizaciones de tránsitos y denunciará hasta donde sea preciso esa posible nueva agresión a Doñana, que recordamos que es Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad.

Si se quiere de verdad potenciar la comunicación y la movilidad sostenible entre esas dos ciudades, que se estudie su conexión marítima tipo catamarán, como actualmente se hace en la Bahía de Cádiz, y se preserve Doñana de nuevas agresiones.

Parece que el viejo sueño de algunos de la carretera costera Cádiz-Huelva, a la que con tantas fuerzas nos opusimos el incipiente movimiento ecologista de entonces, no ha desaparecido aún. Y hay muchos interesados en despertarlo.