A pesar de ser el Día sin Coches las ciudades españolas siguen llenas de automóviles. En buena medida, porque se ha renunciado a limitar el tráfico de vehículos privados a motor (verdadero núcleo de la campaña) y a organizar la movilidad urbana basándose en el transporte público y en los medios alternativos y no motorizados. Entre tanto, los ciudadanos seguirán sufriendo las consecuencias, en pérdida de salud y calidad de vida, que genera la actual movilidad basada en el coche.

El Día sin Coches es una convocatoria de ámbito internacional, apoyada desde el año 2000 por la Comisión Europea. En teoría, se plantea como una jornada educativa, en la que se puedan ensayar diferentes formas de organizar la movilidad sin el uso de tanto coche. Pero, a pesar de sus cercanos comienzos, el Día sin Coches ha perdido empuje y contenido en manos de unos gobiernos municipales, pero también autonómicos y central, que en su gran mayoría continúan desarrollando una política de movilidad destinada a favorecer la circulación de coches como principal modo de transporte urbano y metropolitano.

A pesar de que estamos en plena lucha contra el cambio climático, y de los graves problemas de contaminación y salud que provoca el creciente tráfico en nuestras ciudades, 2010 no ha a supuesto un cambio en esta tendencia de declive: renuncia a realizar cortes de tráfico (en las primeras convocatorias resultaba obligatorio cerrar zonas al tráfico para que una ciudad se pudiera apuntar a esta iniciativa, pero ahora es sólo una recomendación), actividades improvisadas y de escasa incidencia, falta de planificación del transporte público o de medidas a favor de peatones y ciclistas, escasa o inexistente implicación de las organizaciones sociales, ausencia de una campaña de información a la ciudadanía… resultan la tónica general en nuestras ciudades. Incluso, como todos los años, hay ciudades que rizan el rizo, trasladando el día sin coches al fin de semana para… no molestar al tráfico.

Es cierto que buena parte de los políticos hablan de movilidad sostenible, pero no es menos verdad que por cada euro que se invierte en movilidad alternativa muchos más se gastan en favorecer el uso del automóvil. El resultado, como demuestran las encuestas de movilidad, es que en nuestras ciudades y zonas metropolitanas cada día utilizamos más el coche y menos el transporte público, si bien en algunos centros urbanos sí se han llevado a cabo políticas de limitación del uso del coche (en la Región de Murcia no conocemos este tipo de medidas).

Ahí están, por ejemplo, las políticas de construcción de autovías metropolitanas por parte del Ministerio de Fomento y las Comunidades Autónomas, con ligeros recortes o retrasos por la crisis, que junto con las políticas urbanísticas y la falta de planificación territorial vienen animando a que cada día más gente utilice el coche y resida a mayor distancia de su lugar de trabajo, ocio o estudio. Como también resulta clamorosa la falta de actuaciones en sentido positivo, como pueda ser el dedicar en las autovías metropolitanas algún carril en exclusividad al transporte público, algo que sin apenas coste mejoraría enormemente su eficacia.

En la Región de Murcia no faltan ejemplos de este sinsentido que supone el aplicar por un lado timidísimas medidas en alternativas al vehículo de motor al tiempo que se llevan a ejecución grandes obras de infraestructuras para el coche, siendo Murcia el caso más significativo de políticas reales que contradicen el marketing verde con el que se automaquillan los consistorios y el Gobierno Regional, cayendo en errores tan garrafales como el del Plan Director del Uso de la Bicicleta en Murcia en el que uno de los criterios de la Concejalía de Medio Ambiente indica que la implantación de las vías ciclistas debe “minimizar la afección al tráfico y al estacionamiento”. Algo insólito si se tiene en cuenta que la movilidad sostenible trata de desplazar el vehículo privado a motor por otros medios de transporte alternativos, no contaminantes y más eficientes.

Ante esta situación, Ecologistas en Acción región Murciana quiere recordar la gravedad de los problemas ambientales que la expansión del automóvil provoca en la ciudad y que también se señalan en la convocatoria de la Semana Europea de la Movilidad de este año, “Movilidad, Salud y Seguridad: Muévete con inteligencia y vive mejor”. Efectivamente, el abuso en la utilización del coche provoca contaminación del aire, ruido, atropellos, sedentarismo, falta de espacio para otros usos de la calle, despilfarro de dinero público en detrimento de otras necesidades…

Por ello, Ecologistas en Acción destaca la importancia de elaborar Planes de Movilidad Sostenible en nuestras ciudades y áreas metropolitanas, realizados con participación ciudadana, que actúen limitando el estacionamiento y circulación de automóviles, al tiempo que refuerzan y mejoran los transportes públicos y dan facilidades para desplazarse a pie y en bicicleta. Y desde luego, hace falta que el Día sin Coches, de verdad, sea un día sin automóviles.

Más información campaña «Día sin coches»

https://www.ecologistasenaccion.org/sincoches