Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones al anteproyecto de la planta de recepción, almacenamiento y regasificación de gnl, promovido por el grupo VILLAR MIR, en Palos de la Frontera (Huelva), alegando en primer lugar que la documentación presentada a información pública, compuesta por la suma de documentos de diferentes épocas del proyecto sin coherencia ninguna, es insuficiente y no cumple con la debida y necesaria transparencia para evaluar debidamente proyectos como éste de potenciales impactos negativos de gran repercusión, tanto por sus aspectos ambientales como por sus riesgos para la seguridad.

Ecologistas en Acción recuerda que desde la propuesta original de hace 9 años, se han desarrollado, entre otras actuaciones, el 1er Plan de Calidad de Huelva y se está desarrollando el II Plan de Calidad. También están variando y mejorando los criterios de Prevención y Control Integrados de la Contaminación, tras agotarse el periodo de obtención de Autorizaciones Ambientales Integradas (AAI) para las actividades afectadas por la Directiva IPPC. Uno de los factores centrales que se deben considerar en estas autorizaciones AAI son las condiciones locales de medio ambiente, cuya ausencia en toda la documentación llama poderosamente la atención.

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Alegaciones a la regasificadora

Contemplar o relacionar mecánicamente la existencia de nuevas figuras de protección u otros condicionamientos legales, no puede suplir la inexistencia de análisis específicos sobre las condiciones locales de medio ambiente ni sobre las concentraciones ya existentes de instalaciones de alto riesgo para la seguridad en un área relativamente pequeña y poblada, que más que dificultar, impide la adopción de las medidas contempladas legalmente en caso de accidente grave.

En este sentido, hay que considerar que en espacios anexos al emplazamiento propuesto existen ya otras instalaciones de almacenamiento y regasificación con una capacidad que dobla ya la prevista en este anteproyecto. Si a los riesgos derivados de las citadas instalaciones sumamos los generados por la proximidad a las reservas de combustible líquidos relacionados con las actividades de la refinería de CEPSA y otras instalaciones relacionadas o derivadas, así como los que generan potencialmente otras industrias de la misma zona como la planta de amoniaco del mismo grupo Villar Mir, la planta de Cloro de Aragonesas, las centrales térmicas de Unión Fenosa y Endesa, junto con el trasiego de buques de gran capacidad con carga peligrosa en este tramo de la ría de Huelva, podremos concluir con que nos encontramos en una de las mayores concentraciones de riesgos para la seguridad de todo el mundo.

Todo ello genera un riesgo inasumible en la actualidad en caso de accidente grave o de ataque terrorista, que en ningún caso debe ser multiplicado con nuevas instalaciones, en las cercanías de zonas lindantes densamente pobladas como Mazagón, Punta Umbría o la propia área metropolitana de Huelva y Palos de la Frontera.

Por otra parte, según Ecologistas en Acción, el grupo promotor (Villar Mir) tiene contraída una enorme deuda con Huelva y su medio ambiente, al dejar una hipoteca secular con la ocupación de las Marismas del Tinto con sus residuos derivados de la producción de ácido fosfórico. Sin olvidar el triste argumento de que esta actividad insostenible también la contabilizaban en la demanda justificatoria del anteproyecto, resulta inaceptable confiar en la solvencia actual de quienes han demostrado sobradamente su insolvencia en materia de evitación de impactos ambientales, en el marco de una propuesta de enorme riesgo potencial para la salud y la seguridad de la población del litoral onubense y de sus valores ambientales más preciados y reconocidos internacionalmente, como son los Espacios Protegidos del Parque Nacional y Reserva de la Biosfera de Doñana y el Paraje Natural y Reserva de la Biosfera de Marismas del Odiel.