El gobierno francés, como adelantó su ministra de medio ambiente, tiene pensado introducir ejemplares de osos en el Pirineo en sustitución de aquellos otros que ya lo fueron y que mueran por circunstancias no naturales. Dentro de esta propuesta, el prefecto de los Pirineos Atlánticos ha cumplido con uno de los procesos obligatorios para la suelta de una nueva osa en el Béarn en sustitución de la osa Franska, que murió atropellada en 2007, como es someterlo a consulta pública.

Ecologistas en Acción y en la línea defendida también por grupos ecologistas franceses hemos participado en este proceso apoyando la iniciativa.

En 1994, la Institución Patrimonial de Haut-Béarn (IPHB), sus ediles locales, el estado francés, el consejo regional de Aquitania y el consejo regional de Pyrénées-Atlantiques se comprometieron a poner medidas encaminadas a la conservación de la población pirenaica de osos, firmando un convenio de colaboración. En ese momento aún quedaban 5 o 6 osos en Béarn.

Sin embargo, en la actualidad sólo quedan dos machos en Béarn. Por este motivo, realizar un refuerzo de la población, a través de la suelta de hembras, es una medida tan necesaria como urgente, constituyéndose en la única posibilidad para evitar la desaparición de este núcleo histórico y emblemático, el único que ha que ha contado con presencia permanente de esta especie. Consideramos que también, en un periodo corto de tiempo, será necesario el reforzamiento del núcleo central, que aunque no presenta la gravedad del occidental, es muy frágil y corre un fuerte riesgo de consanguinidad. Igualmente, sería necesario crear un nuevo núcleo en la zona oriental.

La supervivencia del oso es esencial, se trata de un animal emblemático de nuestro Pirineo, está ligado a la conservación del entorno natural y del bagaje cultural y patrimonial de este territorio. Somos conscientes de que una mayor presencia del oso en el Pirineo, a la que aspiramos, deberá conllevar un importante apoyo a los habitantes de esta cordillera, particularmente a los ganaderos, en base al esfuerzo que ellos mismos realicen a favor de la cohabitación entre los usos agropecuarios y la presencia de este animal.

Con ello estaremos trabajando al unísono en dos factores cruciales de defensa del espacio pirenaico: la biodiversidad y las actividades tradicionales, especialmente la ganadería extensiva. Así también se verá reforzada la imagen positiva del oso, que ya lo es para la mayor parte de la población pirenaica de ambas vertientes, y serviría para promover otras actividades de desarrollo como el ecoturismo local, que podría encontrar en la presencia de esta especie uno de sus apoyos esenciales.