Se corresponde con una concentración de CO2 en la atmósfera de 350 ppm

Pablo Cotarelo, responsable de cambio climático de Ecologistas en Acción. Revista El Ecologista nº 67

Los nuevos estudios científicos sobre los impactos del cambio climático y la comparación de los últimos datos con las proyecciones de los modelos, concluyen que es necesario revisar el objetivo de aumento de temperatura de 2 ºC. El tope sería un incremento de 1,5 ºC para evitar, con alta probabilidad, un cambio climático catastrófico.

Se conoce desde hace años ya que no es posible evitar el desequilibrio climático; ésa ha dejado de ser la cuestión. El verdadero debate a resolver es cuánto de grave es el cambio climático que la humanidad puede asumir. Las conclusiones de los estudios realizados en los primeros años del siglo se terminaron recogiendo en el último Informe de Evaluación del IPCC [1] (2007), donde se refleja que el aumento de temperatura que no debía superarse para evitar “un cambio climático peligroso” era de 2 ºC.

Tres años después de la publicación de dicho documento de consenso de la comunidad científica nos encontramos con que las cosas han cambiado. A la luz de los nuevos estudios sobre los impactos del cambio climático y la comparación de los datos con las proyecciones de los modelos, se hace necesario revisar el objetivo de aumento de temperatura de 2 ºC.

Significado de llegar hasta 2 ºC

En aquellos momentos ya se conocían los graves riesgos de superar los 2 ºC de aumento de temperatura respecto a la época preindustrial [2]. La traducción de ese incremento en impactos sobre las sociedades humanas y los ecosistemas se consideraban entonces, y se consideran actualmente, inaceptables. Pero si hacemos un repaso del significado de llegar hasta este aumento de temperatura (2 ºC) después de la actualización de la ciencia, podemos sacar nuevas conclusiones.

En lo que respecta al nivel del mar se constata, según los datos más recientes, que se está produciendo a un ritmo mucho mayor del que se había estimado [3]. Por tanto, una subida de la temperatura de 2 ºC se traduce en una elevación de las aguas de 1 metro para el año 2100, lo que provocaría daños severos en islas pequeñas, pérdidas agrícolas en Kenia por valor de casi el 2% de su PIB y desaparición de infraestructuras en Eritrea por un equivalente al 18% de su PIB, por citar algunos ejemplos. Asimismo, el deshielo de Groenlandia y la Antártida se ha observado más acelerado de lo que se daba por sentado hace unos años.

Por otra parte, habría que recordar que para cientos de millones de personas de Asia, Latinoamérica y África el riesgo de escasez de agua crecería notablemente. Concretamente entre 350 y 600 millones de africanos y africanas sufrirían ya en 2050 dicho estrés hídrico. Por no hablar de la pérdida del 80% del área glaciar en el Himalaya y la meseta tibetana, que afectaría al suministro de agua de miles de millones de personas en Asia.

La producción alimentaria se vería seriamente afectada, principalmente con graves pérdidas en las pequeñas islas, descensos en la producción de cereales en las regiones empobrecidas, y severos impactos para alimentación en algunas zonas africanas, como Sahel, y el Este y el Sur del continente.

Además, se produciría un aumento del riesgo de escalada de conflictividad social debido a la intensificación de las sequías y de los fenómenos meteorológicos extremos, como los ciclones tropicales, en las regiones más vulnerables a ello.

Dos grados de calentamiento provocaría la mortalidad masiva de los corales a lo largo del siglo XXI, afectando las formas de vida de muchas personas que dependen de los ecosistemas marinos. En el caso más extremo, se podrían perder totalmente los arrecifes de coral. Ya con el presente calentamiento de 0,6 ºC-0,8 ºC se ha desencadenado un blanqueamiento masivo de los corales.

Beneficios de limitarnos a 1,5 ºC

En la misma línea de razonamiento, limitar el aumento de la temperatura media del planeta a un máximo de 1,5 ºC atenuaría o evitaría los anteriores efectos adversos del cambio climático. La subida del nivel del mar se reduciría hasta 20 centímetros, aliviando a las poblaciones costeras en general, y a los pequeños Estados isla en particular. Se reduciría también el riesgo de deshielo en Groenlandia y la desintegración de la capa de hielo de la Antártida occidental. Las afecciones a la producción de alimentos descenderían, beneficiando a todas las regiones potencialmente en riesgo. Conseguiríamos también proteger el suministro de agua para consumo humano, limitando sustancialmente el riesgo de escasez. Y a la vez se produciría un descenso significativo en el riesgo y los daños de los fenómenos extremos y los ciclones tropicales.

350 ppm o cómo quedarnos por debajo de 1,5 ºC

La cadena que une el aumento de temperatura con los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que corresponde a los países enriquecidos en diferentes horizontes temporales (principalmente 2008-2012, 2020 y 2050), contiene mayoritariamente eslabones de carácter probabilístico (ver tabla 1).

La primera cuestión a resolver sería el nivel de concentración de CO2 atmosférico que permite afirmar, con una probabilidad aceptable, que no se rebasarían los 1,5 ºC de aumento de temperatura media.

Tabla 1: Niveles medios de CO2 en la atmósfera y posibles aumentos de temperatura (ºC)

Equilibrio CO2-eq (ppm) Mejor cálculo Probabilidad >90% Probabilidad >66%
350 1,0 >0,5 0,6-1,4
450 2,1 >1,0 1,4-3,1
550 2,9 >1,5 1,9-4,4
650 3,6 >1,8 2,4-5,5

Fuente: 4º Informe de Evaluación del IPCC (2007)

En el último Informe de Evaluación del IPCC (2007) se podía extraer que para una concentración de CO2-eq de 450 ppm el aumento de temperatura sería superior a los 2 grados (concretamente 2,1 ºC). Como consecuencia de este dato se fijaba el límite de concentración asumible en 450 ppm. Los estudios más recientes arrojan, sin embargo, que con dicha concentración la probabilidad de superar los 2 ºC sería del 60%, y que la de superar 1,5 ºC sería del 90%. [4]

Por tanto, parece razonable la propuesta de que el nuevo objetivo descienda a un nivel inferior: 350 ppm. En ese caso, el riesgo de superar los 2 ºC sería prácticamente nulo, y el de superar 1,5 ºC no sería significativo. El cambio se debe a que los científicos se han dado cuenta de que existen lentos procesos de retroalimentación, tales como el derretimiento del hielo y la liberación de gases de efecto invernadero por el suelo y el océano en un clima más cálido, que se pueden producir en una escala de tiempo de décadas y siglos, es decir, a un ritmo mayor del estimado anteriormente. Esta evolución se debe a la mejora de los datos obtenidos sobre la historia del clima de la Tierra y las observaciones de cambio en curso, especialmente en las regiones polares [5].

Para conseguir este objetivo de equilibrio climático la senda de evolución de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero debería alcanzar su máximo en el año 2015 como muy tarde y, a partir de ese momento, comenzar a disminuir, a un ritmo superior a 2 ppm al año.

Pensando en objetivos de reducción de emisiones

Traduciendo la concentración de CO2-eq a emisiones gases de efecto invernadero, nos encontramos con que 350 ppm corresponde a diferentes niveles de emisión en función del año que se considere. En realidad, si tenemos en cuenta la senda de evolución de las emisiones (ver figura 1), resulta que en 2020 las emisiones deberían ser de 40 Gt de CO2-eq, siendo actualmente de 46 Gt.

Figura 1: Evolución de las emisiones mundiales (Gt/año) hasta 2020

Alcanzar este objetivo a nivel global requiere diferentes esfuerzos en función de la responsabilidad de cada sociedad en la generación y perpetuación del cambio climático. Como es ampliamente conocido, los países enriquecidos (EE UU, Europa, Canadá, Japón, Australia y Rusia), contando con el 20% de la población mundial, son responsables de tres cuartas partes de las emisiones históricas y del 46% de las actuales (2004) [6]. Por tanto, son éstos (nosotros, en realidad) quienes deberían asumir mayores cifras de reducción de emisiones, para conseguir mantener el aumento de temperatura media del planeta por debajo de 1,5 ºC y para equilibrar los niveles de emisión per cápita entre todos los habitantes mundiales. En otras palabras, esto último sería lo mismo que decir que se persigue la equidad de toda la población en el acceso al espacio ambiental [7].

En el año 2020 los países enriquecidos deberían contribuir reduciendo sus emisiones un 45% respecto a sus niveles de 1990, y en el año 2050 su contribución debería ser de -85%. De esta forma, sería seguro (95% de probabilidad) que no se sobrepasarían los 2 ºC, y probable (75%) que nos quedaríamos por debajo de 1,5 ºC.

Los resultados de la Cumbre de Copenhague, por otro lado, no resisten la comparación con los hechos anteriores. En el mejor de los escenarios posibles con las propuestas de reducción de estos países, el riesgo de superar los 2 ºC sería del 50%, mientras que el riesgo de superar 1,5 ºC sería del 90%, es decir, muy probable (siguiendo la terminología del IPCC) (ver tabla 2).

Tabla 2: Reducciones de emisiones según las propuestas de Copenhague y necesarios para el objetivo 1,5 ºC

Propuesta Países enriquecidos 2020 Países enriquecidos 2050 <2 ºC en 2100 <1,5 ºC en 2100
Copenhague [8] -18% -35% 50% 10%
Objetivo 1,5 ºC -45% -85% 95% 75%

Fuente: [4]

En definitiva, aunque en la actualidad pueda parecer ingenuo o irreal perseguir el objetivo de 1,5 ºC de aumento máximo de la temperatura media del planeta, sigue siendo posible, y sobre todo, en función de las investigaciones recientes, muy necesario.

Notas

[1] Siglas en inglés de Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.

[2] Cristina Rois: “¿Porqué 2 grados?”, El Ecologista nº 54 (2007)

[3] Rahmstorf et al. Science, 2007.

[4] Scientific, policy and analytical support for SIDS and LDC negotiators, Potsdam Institute for Climate Impact Research (2010).

[5] Hansen, J. et al. “Target atmospheric CO2: Where should humanity aim?” Open Atmos. Sci. J. 2008.

[6] 4º Informe de Evaluación del IPCC, Grupo de Mitigación, 2007.

[7] Se refiere a la capacidad limitada del planeta para soportar la vida y las actividades humanas. Asimismo, el derecho a utilizar los recursos disponibles debe ser igual para cada persona.

[8] Se ha tomado el escenario resultante de la COP15 de Copenhague en el que la reducción global de estos países es mayor.