El nuevo POT de la Costa Noroeste, consagra un modelo de ciudad expansiva y la subordinación a la “industria del ladrillo”.

Es un nuevo Plan que pretender fomentar un modelo de crecimiento económico fracasado en base a crecimientos urbanísticos insostenibles.
Este plan se empezó a redactar hace más de una década, pero tras sucesivos retrasos, se volvió a formular en 2.007, a las puertas de la crisis motivada por el estallido de la burbuja inmobiliaria y cuando los respectivos ayuntamientos de Trebujena, Sanlúcar, Rota y Chipiona, habían ya aprobado sus nuevos Planes Municipales de Ordenación Urbana (PGOU), y fijado sus propios criterios de crecimiento ante la inexistencia de ningún plan de ámbito subregional que los armonizara. El POT lo que viene, en este sentido, es a “consagrar” y a asumir, lo que los distintos ayuntamientos habían decidido por su cuenta. Un modelo expansivo de ocupación del territorio que a todas luces indica que tanto la Junta de Andalucía como los Ayuntamientos no se han enterado de esta crisis, y no solo no reconsideran las previsiones de crecimientos urbanísticos que incluían en sus respectivos PGOUs, si no que optan por más de cinco mil nuevas viviendas, además de las previstas en los respectivos PGOUs, sin el más mínimo estudio de las demandas existentes, y cuando existen miles de viviendas sin vender. Y todo cuando el Instituto Nacional de Estadística pronostica un horizonte con mínimos crecimientos demográficos, debido a la baja de la natalidad y al descenso de la inmigración. Es decir, se pretende volver al modelo de construcción especulativo ya fracasado. Más de lo mismo promovido por los mismos que nos han abocado a esta grave crisis económica y social.

Este plan ignora, mediante el subterfugio de las “Áreas de Oportunidad”, los límites al crecimiento urbanístico que incluyó el Parlamento Andaluz en 2.006 en el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA), que estipulaba que no se permitirían crecimientos superiores al 40% del suelo urbano actual y a las tendencias de crecimiento demográfico y urbanístico de la última década.

Este POT de la Costa Noroeste también contradicen las siguientes determinaciones del POTA:

- “El planeamiento tendrá entre sus objetivos la consecución de un modelo de ciudad compacta, funcional y económicamente diversificada, evitando procesos de expansión indiscriminada y de consumo innecesario de recursos naturales y de suelo”.

- La prioridad a los nuevos desarrollos urbanos ha de darse a aquellos que se basan en el crecimiento hacia el interior de los núcleos, es decir, la reordenación de zonas de los cascos urbanos consolidados, así como en desarrollos que completen la imagen unitaria de la ciudad. Ello supone establecer como objetivo el de romper la tendencia a nuevos crecimientos exógenos a los núcleos urbanos consolidados, reduciendo el progresivo consumo de espacios naturales o rurales.

- Dar prioridad a la integración de las nuevas ofertas turísticas en los núcleos urbanos existentes, evitando los procesos de expansión desligados del sistema urbano preexistente.

- Considerar las instalaciones turísticas singulares… (campos de golf…) desde su propio valor añadido en cuanto instalaciones especializadas de altas prestaciones y servicios, y con total independencia de las promociones inmobiliarias asociadas.

En el POT no se han recogido las alegaciones de Ecologistas en Acción, que tenían como objetivo conseguir un modelo territorio equilibrado y sostenible, conservando los importantes valores naturales y patrimoniales de la Costa Noroeste y apostando por un nuevo modelo económico más diversificado, superando la economía del ladrillo. Por el contrario se han incluido todas las propuestas de los Ayuntamientos y de las empresas especuladoras propietarias de suelos no urbanizables que han conseguido incorporarlos como “áreas de oportunidad” turísticas o residenciales.

En concreto, no se han incluido alegaciones de Ecologistas en Acción tendentes a completar el Espacio Natural de Doñana con áreas de tanto interés ecológico como el Codo de la Esparraguera (Trebujena). Actitud incomprensible ya que son terrenos públicos afectados al Dominio Público Marítimo Terrestre (DPMT) donde crían especies en peligro de extinción tan emblemática de los humedales andaluces como la Cerceta pardilla y la Focha moruna.

Se sigue sin aclarar suficientemente la diferencia entre Zona de Interés Territorial de los Prados (límite E de la Algaida) y las Marismas a regenerar, pues en vez de prescribir la reinundación y regeneración de estas marismas, se mantiene la posibilidad de nuevas roturaciones agrícolas y aprovechamientos agrarios intensivos, cuando deberían quedar expresamente prohibidos.

No se recoge la recomendación de estudios sobre la viabilidad de la conexión marítima con Matalascañas, ni la implantación de eólicas marinas, al menos a nivel de recomendación.

O se plantea una reserva para la ampliación del Puerto de Bonanza, sin tener en cuenta, a la luz de los últimos estudios sobre la dinámica y la morfología del Estuario del Guadalquivir, los impactos que ello tendría para el conjunto del sistema y su propia viabilidad.

Aunque lo realmente novedoso y denunciable es la aparición de nuevas áreas de oportunidad turística:

- Área de dinamización turística de Trebujena. 232 hectáreas. Se modifican las determinaciones del PGOU, que solo contempla usos hoteleros y campo de golf, para poder construir 300 viviendas por imposición del alcalde de IU y del promotor, que aseguran que el golf y los hoteles no son rentables (?). Es una nueva concesión a las exigencias de una política de “más ladrillo”. Y sin tenerse en cuenta que se encuentran dentro de “llanos mareales, del estuario del Guadalquivir y para los que los científicos que han elaborado el Informe sobre el Estuario plantean la necesidad urgente de su recuperación para asegurar la salud del río.

- El Maestre (Sanlúcar), 40 hectáreas. Actividades hípicas, hotelero, comercial y terciario (en esto cabe casi todo). Clara operación especulativa pues se ha demorado para que el promotor hubiera adquirido la mayor parte del suelo como no urbanizable. Hay que destacar que en Martín Miguel no se han construido ninguno de los hoteles previstos, por lo que no se entiende una nueva propuesta de centro turístico de alto standing. En vez de impulsar decididamente una política de restauración del rico patrimonio de Sanlúcar, rehabilitando edificios singulares para usos hoteleros, de nuevo se apuesta por la expansión hacia el exterior en suelos no urbanizables.

- Área de oportunidad residencial en Sanlúcar. Es incomprensible que se pretendan construir 5.000 nuevas viviendas, supuestamente para paliar el déficit existente, en vez de optarse por sacar al mercado las más de 3.000 viviendas sin vender que existen en esta población, o de construir VPOs en los suelos no desarrollados del corredor entre Sanlúcar y Bonanza (Plan Parcial de Vistalegre).

Como algunos aspectos positivo de este POT de la Costa Noroeste, destacaríamos la reinundación de las marismas de la Algaida, aunque claramente insuficiente, a la luz de lo que han planteado los expertos, las vías verdes del litoral, o los estudios de viabilidad de nuevos modos de interconexión mediante transportes públicos entre los municipios de la comarca y el exterior.

Ecologistas en Acción lamenta que de nuevo se reproduzca el nefasto y fracasado modelo de las recalificaciones de suelos, de la expansión injustificada de los núcleos urbanos, de la creación de nuevos núcleos turísticos y de población en los que los Ayuntamiento terminan por no poder asumir los servicios públicos mínimos, o la construcción de viviendas sin demanda real para potencias el sector del ladrillo. Este intento de revitalizar la política del “ladrillo”, además de irresponsable, está avocada de nuevo al fracaso y contradice los compromisos de la Junta de Andalucía y el Gobierno Central de promover un nuevo modelo de desarrollo basado en el conocimiento, la innovación y la educación.