La rotura del dique de una mina en Turquía nos recuerda la amenaza permanente de un vertido de cianuro asociado a la extracción de oro y plata.

Recientemente, Cobre Las Cruces, la empresa minera que explota la mina a cielo abierto de cobre más grande de Europa, ubicada en terrenos de Gerena, Guillena y Salteras, ha anunciado la presencia de oro en el material extraído.

La noticia no es nueva ya que en el proyecto original se indicaba que el yacimiento contenía un embolsamiento de gossam que contenía trazas de oro, por tanto, no hay tal descubrimiento por lo que el anuncio parece más bien relacionado con la pérdida de credibilidad de la empresa por las nuemerosos sanciones administrativas y expedientes judiciales a las que tiene que hacer frente, en un intento de mantener su cotización bursatil.

Una vez más, Cobre las Cruces intenta confundir con el contenido de sus noticias. Es más, la presencia de oro era algo conocido desde las investigaciones realizadas por Riomin en los años 90, lo que no se dice es que 200.000 Tm de gossan no son una cantidad que permita embarcarse en una explotación del mismo con garantías de negocio, ni se comunica que ya en aquellas fechas, se contactó con Minas de Río Tinto, que contaba por aquel entonces con una planta de tratamiento de oro, y las pruebas no fueron alentadoras, dado los contaminantes de otros muchos metales contenidos en el gossan. La posibilidad de tratarlo hoy día es mucho menor dada la situación de abandono que ha convertido en chatarra la planta de Río Tinto.

Pero lo más importante a efectos socioambientales, Cobre las Cruces no ha comunicado que el tratamiento de minerales que contengan oro, normalmente, se realiza con CIANURO y la contaminación es muy impactante, como desgraciadamente están a punto de comprobar las poblaciones turcas cercanas a la mina siniestrada de Kütahya.

Ecologistas en Acción ya esperaba el anuncio del oro de las Cruces como estrategia para dar continuidad a la mina, una vez se produjera la pérdida de rentabilidad de la explotación del cobre, para alargar la agonía de la mina y facilitar las estrategias de evasión tan comunes en estas empresas interpuestas de las multinacionales mineras, dejando los planes de restauración para la administración, siguiendo el ejemplo de Boliden y su filial APIRSA en Minas de Aznalcóllar. El acoso judicial por la nefasta gestión del complejo minero, que ha provocado contaminación de las aguas superficiales y subterráneas y pérdidas intolerables de ingentes cantidades de aguas del acuífero, ha precipitado el anuncio del oro para tranquilizar a los inversores, pero la gente debe saber que como viene ocurriendo en los últimos tiempos la tranquilidad de los mercados se traduce en fuente de amenazas para la población y el medio ambiente.