El Estudio de Impacto Ambiental presentado por REESA para la autorización
de la instalación de la línea de AT de 400 KV Peñalba – Monzón (Arnero) – Isona vulnera la legislación de Impacto Ambiental, al limitar el estudio de las
afecciones a una estrecha franja a ambos lados de la línea obviando los
impactos producidos en los espacios de la Red Natura (LICS y ZEPAS)
próximos y dividir el estudio del trazado en tres documentos, devaluando
la esencia de las evaluaciones de impacto ambiental.

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Informe sobre el impacto ambiental y social del proyecto de Línea de Alta Tensión a 400 kV. Peñalba-El Arnero-Isona, su EIA y los incumplimientos de legislación del mismo

Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones al estudio de impacto ambiental de la línea donde denuncia que se prioriza la utilización de los apoyos de la antigua línea Aragón-Cazaril sobre cualquier otra consideración, por lo que no presenta alternativas en tramos donde se
producen importantes impactos ambientales, o donde las presenta, escoge la alternativa que le permite usar las torres existentes.

Tampoco se estudian los efectos acumulativos con otras infraestructuras,
como los que se producirán en el cruce del río Cinca donde la línea se
sumaría a otras 8 que cruzan en un tramo de 4 kilómetros y que suponen un
grave impacto para los flujos migratorios o desplazamientos de las aves.

En relación a la contaminación electromagnética los estudios más recientes
(entre otros los del Ministerio de Sanidad y Consumo o una reciente
Resolución del Parlamento Europeo) aconsejan limitar las exposiciones a
campos electromagnéticos que generan las líneas de A.T. , por lo que
invocando el principio de precaución y en base a sucesivos informes
internacionales, Ecologistas en Acción considera que la distancia de la
línea de 400 kV a las poblaciones y viviendas habitadas debería ser de
1.000 m., como medida de seguridad para los habitantes de las poblaciones
afectadas. En el caso de esta línea un total de 16 poblaciones se
encuentran a menos de 1000 m. del trazado, 3 de ellas a menos de 500 m.,
que además sufrirán una contaminación acústica de 30 dba. de forma
continuada, por lo que considera que las afecciones para la salud de los
habitantes de estas poblaciones, más los impactos económicos por perdidas
de renta de turismo rural o cultural, hostelería, truficultura y perdida
de valor de los terrenos por donde atraviesa la línea suman unos impactos
sociales que hacen inviable la línea de AT.

Por otro lado la línea provocaría unos impactos ambientales inasumibles.
El trazado de la misma por áreas muy sensibles para la avifauna, áreas
críticas de cernícalo primilla y quebrantahuesos y zona de nidificación de
águila-azor perdicera, milano real y alimoche provocaría la colisión de
estas especies, muchas en peligro de extinción, con los cables de la
línea, hecho que no se puede permitir si queremos conservar estas
especies, ya que las medidas que se proponen para evitar las colisiones,
pese a ser las más efectivas, “aun conservan una mortandad final entre un
30 y un 50% de la mortandad inicial”, como demuestra un estudio de la
propia REESA y del Gobierno de Aragón.

También afecta a 8 espacios de la Red Natura 2000, sin que se propongan
medidas para evitar los impactos que se generan en estas áreas protegidas
por la Directiva de Hábitats, afectando además a 15 hábitats de interés
comunitario, (3 prioritarios) y a 150 hectáreas de bosques naturales.

Los habitantes de las zonas afectadas se han organizado en una Plataforma que se opone a este proyecto, conjuntamente con la mayoría de los ayuntamientos atravesados por la línea; afectados que han presentado más de 2000 alegaciones demandando que se retire el proyecto y que la Declaración de Impacto Ambiental sea negativa.