Foto de Primo Romero: http://primo.com.es

La única sombra de estos maravillosos cuatro días de sol y cierzo por Aragón ha sido la prepotente y poco generosa actitud de María Teresa Martínez, alcaldesa de Pina de Ebro por el PSOE, que negó un espacio para dormir a los 80 marchistas que llegaron ayer domingo a su pueblo. Al margen de su alcaldesa, las vecinas y vecinos de Pina ofrecieron su solidaridad a las marchistas, con la cesión de una de sus peñas donde pasar la noche. Allí celebraron juntas una concentración y una asamblea para compartir experiencias, reflexiones y reivindicaciones junto al Ebro.

Más de cien personas de todas las edades (de cero a setenta años) han participado estos días en las actividades organizadas en Zaragoza y Aragón. Algunas, más o menos cincuenta, llevan recorriendo todo el Ebro desde su nacimiento en Fontibre (Cantabria). El miércoles en Pradilla de Ebro visitaron los sotos del río, la casa del barquero y disfrutaron de las explicaciones e interpretación del río, así como de la piscina municipal.

El jueves, la Marcha llegó a Zaragoza, unas en piraguas de EbroNautas y otras en bicicletas. Juntas, celebraron el encuentro con las gentes de la ciudad con una marcha crítica en bicis. Durante unas dos horas, 70 ciclistas recorrieron las calles sin zanjas de una Zaragoza abierta en obras, mientras coreaban alegres consignas de amor al Ebro y a las bicis.

El viernes fue una jornada de “descanso” bien nutrida de actividades lúdicas y de formación. Por la mañana, medio centenar de ciclistas recorrieron el río dentro de la ciudad (desde Ranillas hasta el soto de Cantalobos) y siguieron atentamente las certeras explicaciones de Paco Iturbe, divulgador ambiental y miembro de Ecologistas en Acción. En el embarcadero del Club Naútico se celebró una concurrida rueda de prensa a la que asistieron más de diez medios de comunicación que recogieron el sentir de la Marcha y escucharon las amenazas al río por estas tierras: contaminación por la agroindustria y el mal uso del agua, transgénicos, dragados, azudes y pantanos, caprichosos proyectos absurdos como los barquitos de Belloch,… A la denuncia contra el dragado siguió la visita de los sotos y las desembocaduras de los ríos Gállego y Huerva, hasta la comida popular en el Parque Bruil.

Ya por la tarde, las niñas y jóvenes de todas las edades se divirtieron de lo lindo en la particular batalla de piratas. Unos, ataviados de negro, representaban al “lobby” transgénico, con carteles de Monsanto, Pioneer o Syngenta (algunas de las multinacionales que controlan estos tóxicos). Otras, de colores, hicieron frente a los piratas malos con sus pistolas de agua. Todos acabaron a remojo y entre risas. A continuación, se conformó un círculo en plena calle, junto al Palacio de La Lonja, en el cual se charró de agroecología y soberanía alimentaria. Durante unas dos horas, decenas de personas expresaron su punto de vista sobre la necesidad de otra alimentación, otra agricultura, otro consumo y otras relaciones,… para hacer frente a tantos ataques a la salud de la tierra, el agua, las personas y el planeta.

Al mismo tiempo diez personas participaron en la Columna Ríos Vivos con sus bicicletas. Desde tempranico, cogieron el Canfranero hasta la zona afectada por el recrecimiento del pantano de Yesa y se juntaron con otras buenas gentes de la Coordinadora Río Aragón, con las que descendieron hasta Biscarrués. En la Galliguera se celebraron varios encuentros con las personas de la zona y de COAGRET (la Coordinadora de Afectadas por Grandes Embalses y Trasvases), entre las que destacó una charla informativa en Ayerbe contra el pantano de Biscarrués, en la que participaron ecologistas, defensoras de los ríos y habitantes de la ribera del Gállego.

El sábado, marchistas desde Zaragoza y columnistas desde la Galliguera se juntaron en Zuera, donde se celebró una comida de confraternización en el parque. Y por la noche, siguió la juerga con una nutrida fiesta en La Vía Láctea, con música en vivo.

La Marcha continuó en bici hasta Pina de Ebro. Algunas personas, además, disfrutaron del placer de recorrer el tramo del río entre Osera y Pina en barcas tradicionales del Delta del Ebro, planas y de madera, a remos y sin motor, con las que llegaron al pueblo y comieron con sus compañeras.

Ayer lunes, las marchistas madrugaron para evitar las horas de más calor. Recorrieron Quinto, los galachos y mejanas del Ebro medio, La Zaida, Sástago, Escatrón y Caspe, donde pernoctaron en el pabellón municipal.

Y hoy martes siguen las reivindicaciones contra el cambio climático y la alarmante subida de las temperaturas en el planeta, las centrales térmicas de carbón, las hidroeléctricas, el consumismo despilfarrador, la contaminación, los grandes embalses y trasvases… Hoy la ruta sigue hacia Mequinenza y el viernes llegarán al la desembocadura del Ebro tras pasar por Flix, Miravet y Deltebre, por donde continuarán las actividades lúdicas y reivindicativas para disfrutar y defender el río.