Ante la gravedad de la situación de hambruna generalizada en la región del cuerno de África que afecta a muchos millones de personas y amenaza con provocar la muerte a medio millón de niños-as, desde Ekologistak Martxan queremos expresar algo que estos días está pasando casi desapercibido en los medios de comunicación y es que es una consecuencia directa del cambio climático.

Las sequías han existido siempre en muchos lugares del Planeta, muchas culturas se han adaptado para convivir con ellas, pero de lo que los climatólogos-as del IPCC (el panel internacional de Naciones Unidas para la investigación sobre el cambio climático) nos advierten es de que el cambio climático está aumentando y aumentará a lo largo de este siglo, y que con él, también crecerá el número y la gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos como las sequías graves y prolongadas, lluvias torrenciales e inundaciones y huracanes, entre otros.

La población agricultora en Somalia, con los años, se ha visto forzada a cohabitar, a pesar del miedo, con la guerra y la violencia, lo que no pueden superar es la larguísima sequía, la peor en 60 años, y los desequilibrios climáticos que se están produciendo. Ya no llueve cuando solía, cuando debería de llover y así es imposible cultivar y cosechar. No hay ninguna duda de que los cientos de miles de refugiados y refugiadas que están llegando a los campos de Kenia son por causas climáticas, mucho más que refugiados-as de guerra.

Desde Ekologistak Martxan queremos denunciar la pasividad de la comunidad internacional desde hace meses ante la suerte de estos cientos de miles de personas refugiadas en Kenia, a quienes la ayuda no les llega a pesar de que se han concentrado en un lugar libre de guerras.

Los países del Sur del Planeta son los que más están sufriendo y más van a sufrir a medio y largo plazo las consecuencias del cambio climático, que en las poblaciones campesinas, con una economía de subsistencia, son devastadoras.

Son precisamente estas poblaciones las que menos han contribuido históricamente y las que menos contribuyen hoy en día a crear el problema. Las emisiones per cápita de un habitante de Mozambique por ejemplo son de 0,1 toneladas de CO2 al año frente a las 9 toneladas de un habitante de la Unión Europea o las 19 de uno de Estados Unidos.

Desde el movimiento ecologista llamamos una vez más al compromiso internacional en la lucha contra el cambio climático, a la adopción de medidas ambiciosas y vinculantes por parte de todos los Estados para la reducción de emisiones de CO2 empezando por los países industrializados que son los responsables de la mayor parte de las emisiones históricas y actuales de CO2.

Esto se debería producir potenciando el desarrollo de las energías renovables y haciendo un gran esfuerzo en el ahorro y la eficiencia energética, es necesario reducir en gran medida el consumo de energía. Hay que apostar por el transporte de personas y mercancías en tren convencional frente al transporte por carretera y reducir mucho la movilidad actual en nuestras sociedades.

Tenemos que combatir como sociedad nuestra adicción a los combustibles fósiles, recursos no renovables muy valiosos que estamos derrochando de una manera totalmente irresponsable con las generaciones futuras y con el medio ambiente.

Es necesario vivir mejor consumiendo menos.