La empresa Autotransportes del Centro S.A. pretende realizar un nuevo campo de golf en la región de Madrid, que se sumará a los más de treinta existentes en la actualidad. Se trata de un campo de 18 hoyos, más campo de prácticas en un Suelo No Urbanizable y Monte Preservado limítrofe al Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, en el que las normas regionales y municipales prohíben instalaciones de este tipo. Las organizaciones ecologistas ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo han solicitado a la Dirección General de Evaluación Ambiental que rechace la construcción de este proyecto por su insostenibilidad ambiental.

El campo de golf proyectado pretende realizar una nueva instalación de golf de 18 hoyos (a las que se incorpora un campo de prácticas Y una Casa Club con restaurante y tienda), en unos terrenos incompatibles urbanísticamente tanto por las Normas Urbanísticas municipales como por la Ley Forestal de la Comunidad de Madrid.

Pese a que el anterior equipo de gobierno y el arquitecto municipal de El Boalo-Cerceda-Mataelpino dieron informe de viabilidad urbanística positivo al proyecto, el actual gobierno municipal, según la información accesible en la web institucional, ha enviado información adicional a la Consejería de Medio Ambiente en el que concluyen que en los terrenos propuestos resulta incompatible con el planeamiento vigente y con la conservación de los terrenos forestales y sus usos actuales, ya que estos suelos son No Urbanizables.

El punto 10.2 de las Normas Urbanísticas recoge las normas genéricas de protección del suelo No Urbanizable. Entre estas, destaca la prohibición de toda actuación que conlleve la destrucción o desfiguración del paisaje o su ambientación dentro de la naturaleza, así como toda actuación (…) que se prevea puedan alterar el equilibrio ecológico, el paisaje natural e introduzca cambios importantes en la geomorfología. El campo de golf propuesto no se ajusta a esta normativa ya que su construcción supone transgredir esta regulación urbanística.

Por otro lado, la Ley 16/1995 Forestal de la Comunidad de Madrid, incluye los Montes Preservados como montes de régimen especial donde no se contempla el uso deportivo y terciario. Ni la propia instalación de golf, ni la Casa Club, el restaurante, la tienda, el aparcamiento y demás construcciones anexas que lleva asociadas el campo de golf podrían construirse.

En cuanto al consumo de agua, como es habitual en este tipo de proyectos, los cálculos están completamente infravalorados, ya que pretende regar 18 hoyos con tan sólo 209.000 m3 anuales. Sin embargo los consumos de una instalación de estas características (18 hoyos) oscilaría entre los 360.000 m3/año y los 750.000 m3/año. Igualmente, comparando El Boalo con otras instalaciones similares tramitadas recientemente se puede comprobar la existencia de evidentes discrepancias:

Campo Nº de hoyos Consumo previsto en EIA
Aldea del Fresno 18 hoyos 336.249 m3/año
Getafe 18 hoyos 275.000 m3/año
Escuela Golf Pozuelo 9 hoyos 191.800 m3/año
El Boalo 18 hoyos 209.000 m3/año

Otra de las deficiencias que presenta el estudio de impacto ambiental son las obras de acometida para el riego del agua. Estas se realizarán desde la EDAR de Santillana y en una longitud de 7 km discurrirán por suelos del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, sin que su impacto haya sido evaluado por el promotor.

Otras deficiencias que contiene el proyecto son la ausencia de datos sobre tipos y cantidades de productos fitosanitarios, elementos con un gran potencial de contaminación de las aguas. Asimismo carece de análisis de alternativas viables, de estudio de viabilidad económica y tampoco valora la demanda social de la instalación.

Las organizaciones ecologistas ARBA, El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo han solicitado a la Dirección de Evaluación Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente que declare negativamente este proyecto y que en proyectos similares “considere el agua existente en la región como un recurso escaso que debe ser gestionado bajo los principios de ahorro, eficiencia y no derroche. Dado el exceso de oferta de instalaciones de golf en la Comunidad de Madrid no vendría mal que se hiciera plan conjunto de todos los proyectos de campos de golf existentes o en proyecto en la Comunidad de Madrid, valorando adecuadamente, y con criterios ambientales, la cantidad de agua consumida y disponible, la contaminación derivada del empleo de fertilizantes y fitosanitarios, la demanda social, así como la capacidad de carga del golf en la región”.