Ecologistas en Acción considera que la grave ola de incendios forestales que se está produciendo en el mes de octubre tiene como causa principal a los incendiarios, pero se ha agravado por la falta de previsión de las Comunidades Autónomas y del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Las Administraciones se precipitaron al dar por cerrada la época de riesgo alto de incendios cuando la predicción meteorología anunciaba un mes seco y caluroso.

A principios de octubre el Gobierno Central y los autonómicos hacían balance de la campaña de incendios dando por cerrada la época declarada de riesgo alto el 30 de septiembre. Despreciando la situación de sequía que se estaba viviendo en ese momento y las previsiones de que la falta de agua y las altas temperaturas iban a seguir presentes en octubre, se calificaba como un éxito la campaña de este año basándose en el número de hectáreas quemadas, menor a las de años anteriores, a pesar de que había habido mayor número de incendios totales. A día de hoy, la plaga de incendios forestales que está asolando en especial el noroeste peninsular, sitúa ese balance optimista en un lamentable ridículo.

Es cierto, y hay que remarcarlo, que los incendios que se están produciendo ahora, son en su mayor parte provocados o, en menor medida, fruto de acciones negligentes. Por ello son condenables y es exigible una acción inmediata y contundente de las fuerzas de seguridad tanto para detener a los culpables como para vigilar que no se produzcan más fuegos.

Pero, por otra parte, tras el 30 de septiembre han disminuido los niveles de alerta y, con ellos, los medios disponibles para prevención y extinción de incendios en todas las Comunidades y en el Ministerio de Medio Ambiente. Así, por ejemplo, el pasado 14 de octubre se retiraban las brigadas helitransportadas del operativo de incendios (Brif), dependientes del Ministerio de Medio Ambiente. Y ahora en los incendios en Galicia y Castilla y León no hay suficientes dispositivos, ni terrestres ni aéreos, para atender los numerosos focos incendiarios.

También, con la reducción del nivel de alerta, se han suavizado las restricciones al paso de vehículos por pistas forestales y a la quema de restos agrícolas y forestales.

Este proceder irresponsable ha resultado ser el escenario idóneo para que incendiarios o negligentes den lugar a la ola de incendios más grave del año, que está afectando principalmente a Galicia, Asturias y Castilla y León.

El riesgo de incendio, no obstante, está extendido a toda España, como también lo han puesto de relieve los graves incendios habidos en Extremadura (Hervás, Cáceres) y Cataluña (Soriguera, Lleida). Y se va a mantener en los próximos días y semanas, ya que todavía no hay previsión de lluvias generalizadas en toda España.

Otro dato a resaltar es el grave daño ecológico a que está dando lugar esta ola de incendios. Apenas hay medios para proteger del fuego las viviendas aisladas y las zonas habitadas y, con menos recursos disponibles, se prioriza la actuación en ellas dejando que se quemen cientos de hectáreas de montes, muchos de ellos de gran valor ecológico. y en el entorno de espacios naturales protegidos.

Por ello, ante la actitud autocomplaciente de las Comunidades Autónomas y el Ministerio en este tema tan sensible, Ecologistas en Acción exige a las administraciones ambientales que reactiven los niveles de alerta y las restricciones al uso del fuego, así como, los medios de prevención y de extinción necesarios.

Se debe aplicar de forma inmediata y estricta la legislación de montes en lo relativo a las prohibiciones aplicables a las superficies quemadas y que, asimismo, no se autoricen aprovechamientos forestales o de otra naturaleza en estas zonas porque, de lo contrario, estos incendios acabarían siendo rentables para sus autores.