Los recientes datos del tráfico de contenedores del puerto de Cádiz ponen de manifiesto la decadencia de los últimos años y lo injustificado de las previsiones en cuanto al futuro crecimiento que recoge el proyecto de nueva terminal en Cádiz.

Frente a las expectativas de que con la nueva terminal se podría llegar a los 270.000 teus (o contenedores, twenty foot equivalent unit), la realidad es que este año se cerrará con sólo 80.000 teus. ¿Cómo se puede más que triplicar el tráfico de contenedores, cuando el descenso en los últimos años es implacable? Frente a un crecimiento del 8% en este tráfico portuario en España, el puerto de Cádiz registró una caída del 26% en el último año. La reciente entrada de la conexión de Algeciras con el corredor ferroviario mediterráneo, acentuará este declive para Cádiz, puesto que la opción elegida no tiene conexión ferroviaria. Nunca el tráfico de contenedores superó los 155.000 teus, y eso en épocas de bonanza económica.

¿Cómo es posible que la Autoridad Portuaria haya desechado la opción más razonable para mantener este tráfico de contenedores, desplazándolo de la ciudad de Cádiz, como era y sigue siendo el Bajo de La Cabezuela de Puerto Real? ¿Qué tipo de intereses e influencias han basculado a favor del proyecto más insostenible, impactante y caro?.

Los datos también son concluyentes: El Bajo de La Cabezuela sólo tiene ocupado el 72% de su superficie, disponiendo de 320.000 metros cuadrados libres, entre el espacio exterior y la superficie cercana a los muelles. ¿Por qué se opta entonces por un relleno en plena Bahía de Cádiz de 220.000 hectáreas, más un enorme dragado de más de 3 millones de metros cúbicos? La opción de La Cabezuela no requería ni dragado ni relleno y sin embargo la Declaración de Impacto Ambiental ni siquiera la contempla.

El “riesgo por incumplimiento de los objetivos” de este proyecto es muy alto. Las expectativas de tráfico de contenedores están infladas. El impacto de decenas de camiones portacontenedores diarios atravesando la ciudad de Cádiz y el nuevo puente de la Constitución, es altísimo. En definitiva, este malhadado proyecto es la antítesis de una economía portuaria sostenible.

Ecologistas en Acción no se niega a la promoción del tráfico de mercancías por vía marítima, siempre que esté justificado y vaya minimizando sus evidentes impactos contaminantes. A lo que nos negamos es a tragar con un proyecto sobredimensionado, indebidamente justificado y frente al cual existen alternativas más sensatas.

El Bajo de La Cabezuela contará próximamente con conexión ferroviaria, faltan sólo 5,5 kilómetros para unirlo a Las Aletas, lo que proporcionaría una dimensión intermodal del que está alejada la terminal portuaria en Cádiz.

El Banco Europeo de Inversiones se ha equivocado al conceder un préstamo de 60 millones de €. Acciona y FCC harán un buen negocio a costa del dinero público y con resultados operativos inciertos.

Falta debate e información, sólo ha actuado el rodillo de la propaganda. Necesitamos que nos digan la verdad y se desenmascaren realidades evidentes. Confiar en que “cuando la nueva terminal esté operativa se haya superado al crisis”, como hemos tenido que oír de sus responsables, es temerario. Tampoco es cierto, como afirma Rafael Barra, presidente de la Autoridad Portuaria, que la nueva terminal “aleja de la ciudad este molesto tráfico”: ¿es que no ha mirado en el mapa que la terminal está en el istmo de Cádiz y que los camiones deberán atravesar Extramuros hasta conectar con el nuevo puente?.

Ecologistas en Acción emplaza a la Autoridad Portuaria, a las diferentes autoridades y a toda la ciudadanía a someter a un debate diáfano este proyecto portuario, de forma que se pongan de manifiesto todas sus incoherencias e impactos ambientales.